En la llegada de Jesús Alfaro los tiempos iniciales los marca el Barcelona, que tiene que rescindir el contrato con el extremo andaluz y aún no lo ha hecho. En el entorno del futbolista se aseguraba el lunes que esa rescisión puede llegar hoy, también porque al club azulgrana le interesa dar salida del filial a varios jugadores para encontrar acomodo al menos a tres refuerzos. Ayer se hizo oficial la cesión del central del Granada Hongla, han incorporado ya al centrocampista Rivera (Eibar) y tienen apalabrado al extremo Nahuel, que ha estado cedido por el Villarreal en el Betis.

Así que el Barcelona va con prisa para encontrar acomodo a sus descartes y el que más pretendientes tiene es Jesús Alfaro, clave en el ascenso del filial el curso pasado (10 goles y 14 asistencias), pero de escasa presencia en esta campaña (147 minutos). El extremo, que empezó en la cantera del Sevilla, tiene una buena oferta del Mallorca y también propuestas de otros clubs punteros de Segunda B, del Hércules o del Elche, pero quiere seguir en la categoría de plata, donde la oferta del Zaragoza es la que más le seduce desde hace días. También ha contado con interés de clubs como el Valladolid o el Lugo.

El jugador tiene decidido en la práctica que el Zaragoza sea su destino y el club necesita la autorización de la Liga para poder inscribir al extremo, lo que espera lograr. Llegaría con una ficha baja para lo que queda de esta temporada, porque va a contar con la indemnización para su salida del Barça, donde tiene contrato hasta 2019. El club aragonés le hará un contrato más largo, hasta el 2020 en principio.

La lesión de Toquero, al que no se espera hasta cerca de marzo tras sufrir una rotura fibrilar en el cuádriceps el pasado 5 de enero, hizo que el club se lanzara a por un jugador de ataque y de banda. Alfaro es un futbolista rápido, de buscar desmarques al espacio y con desborde y llegada, algo que no tiene en demasía la plantilla, salvo Papu.