El Balonmano Aragón regresa a la Asobal en busca de sus primeros puntos de la temporada y, sobre todo, de mejores sensaciones de las que le dejó su último partido en casa. El jovencísimo equipo de Demetrio Lozano visita esta tarde (20.30 horas) a uno de los huesos duros de la competición, el Villa de Aranda, que ha arrancado con dos estupendos empates ante rivales del calibre del Granollers y del Ademar. Con todavía todo el camino por delante el equipo zaragozano debe continuar buscándose a sí mismo después de un duro verano, en el que la falta de tiempo --y de dinero, claro-- ha condicionado tanto la confección de la plantilla como la preparación, ya que ha tenido una semana y media menos de lo habitual de pretemporada.

Con todos los condicionantes del mundo y alguno más camina el Balonmano Aragón en una temporada que ha arrancado de forma tan árida como se podía esperar y en la que tendrá que aprender a base de golpes. El que se llevó ante el Zamora en casa fue rotundo y doloroso, dejó en evidencia muchas debilidades, pero fue solo el principio, el primer partido en casa, la primera puesta en escena de un equipo joven e inexperto que todavía debe hallar el equilibrio en su juego y aprender a dar respuesta a los diferentes problemas que ofrece la máxima competición.

Aranda de Duero es una de las pistas difíciles de la Asobal y el Villa de Aranda, un rival al que el Balonmano Aragón todavía no ha logrado vencer en las dos temporadas en las que los burgaleses llevan compitiendo en la máxima categoría, con dos empates y otras tantas derrotas en cuatro encuentros. Un nuevo gran reto para el equipo de Demetrio ante un conjunto que, al menos, ha arrancado con más confianza, aunque con algunas bajas. El técnico Jacobo Cuétara no podrá contar con Markel Beltza, mientras que es poco probable la presencia de Matheus Perrella. Sin embargo, podría recuperar a Mikel Redondo y Josip Pazin, que llegan al encuentro entre algodones aunque con opciones de jugar. También es posible que debute el serbio Nikola Lazic, el último fichaje del Villa de Aranda, después de varias sesiones de trabajo con sus nuevos compañeros.