Nada hay más duro para el maratoniano que el viento. Ni el frío, ni la lluvia, ni incluso el tórrido calor temen tanto como el cierzo los amantes de los largos esfuerzos. Ayer el dios Eolo declaró la guerra a los 900 participantes de la V edición del Maratón Internacional Ciudad de Zaragoza-Gran Premio Ibercaja. Por eso la prueba organizada por Running pasará a la historia como una carrera de leyenda.

Ganó en una gesta descomunal José Antonio Casajús con un tiempazo de 2.29.24 y en mujeres la mejor fue Estela San Pedro con 3.17.54. Pero el mayor éxito fue terminar una carrera que nunca se olvidará por el terrible viento que azotaba sobre todo los últimos 15 kilómetros que transcurrían por las orillas del Ebro.

"Nunca lo había pasado tan mal en mi vida. Por el Ebro parecía que corríamos contra un muro", explicaba Chicho de la Fuente, quinto en meta. Martín Fiz, campeón del mundo de maratón en Goteborg, era de la misma opinión que el oscense. "En mi vida he corrido un maratón igual. Sólo en un cross de Lasarte sopló este vendaval", decía el alavés, que corrió como liebre de los atletas que querían terminar en tres horas.

María José Pueyo tuvo la pequeña fortuna de dejar la carrera en el kilómetro 25, cuando los atletas empezaban a correr por las orillas del Ebro. La atleta de Sabiñánigo se tomó la prueba como un test de cara al Nacional de la distancia el 11 de diciembre en Castellón. "El aire era imposible. El cierzo no dejaba ni moverse. Prefería dejar de pelear puesto que era gastar fuerzas para nada", explicaba la oscense.

LA SALIDA Las predicciones climatológicas se cumplieron y en la salida del Parque Grande los sufridos fondistas se encontraron con un viento que soplaba a más de 60 por hora. Los primeros 15 kilómetros fueron algo resguardados por el Canal y entre los árboles. Las posiciones de cabeza se decantaron muy pronto. Casajús se puso detrás de Benharafa, que salía para realizar un test y después conectó con ellos el marroquí El Bouali. Por detrás se situaban De la Fuente y Soriano.

Casajús sabía que podía ser su día y no desaprovechó su oportunidad. Exciclista profesional, se reconvirtió con éxito al atletismo y en el 2006 se llevó el bronce en el Nacional de maratón celebrado en Vitoria. Ayer corrió como siempre con fuerza e inteligencia. "El circuito era bastante majo. No hacía día de correr y sabía que el final era lo más duro. Aquí salen dos o tres días al año así. Ya sabemos lo que es Zaragoza", confesaba en la meta Casajús.

En el kilómetro 25 se retiró en el Puente de Hierro Benharafa, El Bouali había quemado sus naves y Casajús comenzó su cabalgada en solitario. Con su ritmo machacón y seguro, sus gafas de sol y su camiseta roja fue devorando por la ribera del Ebro metro tras metro con el terrible viento de cara. Casajús lograba una de sus victorias más espectacular con 46 años. "No sé si correré el Nacional de maratón. Tengo que recuperar y valorarlo", decía tras llegar primero en la meta de la Expo.

En mujeres ganó Estela San Pedro. Pero el nivel fue muy pobre. De los 887 atletas que llegaron a meta tan sólo 27 eran mujeres. Nada que ver con las 143 que disputaron los 5K (ganaron Fernando Esperanza y Noelia Bernad). Running salvó todos los inconvenientes (la crisis, el tranvía, el viento) con nota. Pero debe replantearse la participación de atletas de nivel medio y alto. Una carrera del prestigio de Zaragoza pierde muchos enteros si no cuenta con atletas de relieve nacional. Quizás deberían trasvasar parte de su presupuesto a hacer más lucida la prueba en cabeza. Ese sería el éxito completo.