Real y Atlético de Madrid se reencontrarán en Milán el próximo día 28 en la final de la Liga de Campeones dos años después de luchar por el título en Lisboa, algo que nunca ha ocurrido entre dos equipos del mismo país. El equipo blanco venció ayer por un ajustado 1-0 al Manchester City gracias a un disparo de Gareth Bale que rozó en Fernando y se coló en la escuadra de Hart. Este resultado y el 0-0 del partido de ida significó el acceso del Real Madrid a la lucha por la undécima.

El Real Madrid regresa a una final de Liga de Campeones. Será la decimocuarta que dispute. El escenario preferido de un club que ampara su grandeza en resonados éxitos en la Copa de Europa, tras una noche de poco fútbol y mucha lucha en el Bernabéu, aún con regusto de la remontada al Wolfsburgo pero con mayor dosis de sufrimiento por el excesivo respeto a un City al que pudo noquear en el primer acto y dio esperanzas hasta el último suspiro.

El respeto marcó el duelo del Bernabéu. La peligrosidad del empate sin goles del Etihad era un arma de doble filo. Los de Zidane salieron a ejercer el control, sin avasallar a su rival. Jugaba el City al ritmo cansino de Touré, al trote de un futbolista pasado de peso y recién recuperado de una lesión, cuyo tiempo de dominio en el centro del campo ya es cosa del pasado. El Real Madrid necesitaba meter una marcha más. Las miradas estaban en el estado de Cristiano Ronaldo, que forzó por el bien de su equipo. Jugó renqueante de su lesión muscular y sin su confianza habitual.

El Real Madrid encontró en su camino la fortuna necesaria para el éxito en las competiciones grandes. De la nada fabricó el gol que rompía la eliminatoria. Bale centraba desde el costado derecho y Fernando desviaba el balón envenenado a la escuadra de Hart. En ese mismo momento se pudo acabar el encuentro.

Los intentos de levantarse de la lona del City eran en vano. Apenas alguna carrera de Navas, un córner rematado arriba de Fernando. Al Real Madrid le faltaron fuerzas para dar el paso al frente y le sobró cabeza. El City daba sensación de debilidad en defensa y en ataque solo dio un por tiempo pese a ir por detrás. Fernandinho recortó a Carvajal y su latigazo lo estrelló en la base exterior de un poste de la portería blanca en la primera mitad. Casi al final, un disparo de Agüero se estrelló contra la malla superior de la portería de Navas. En medio, Modric falló un mano a mano ante Hart y Bale estrelló un testarazo en la escuadra. No hubo más en un partido malo del Madrid pero bueno para rl fútbol español, que extiende su dominio en Europa.