Ha sido una combinación perfecta la que ha llevado a la sección de El Olivar de fútbol a ser la más grande en Aragón por delante de la cantera zaragozana de la Unión. Con Paco Rúa como director de orquesta llegó la remodelación de los campos de fútbol, tres de hierba artificial y un magnífico grupo de 72 entrenadores para que llegara la explosión en El Olivar. Este año ha llegado a su máximo número con 600 jugadores encuadrados en 36 equipos.

«Hace cinco años teníamos dos campos de tierra y otro de fútbol ocho. Entonces contábamos con 18 equipos. Después llegaron los tres campos de hierba. Desde entonces hemos doblado el número y tener estas instalaciones nos ayuda en este crecimiento. Pero el éxito no son solo las instalaciones, sino la elección de los entrenadores. Ahora somos un club de referencia», dice Paco Rúa, el director técnico.

La filosofía de esta cantera es muy clara. «Somos un club social y deportivo. Diseñamos nuestro club con equipos más formativos que otros sin olvidar los resultados. Los equipos de nivel A y B son los más competitivos, pero tienen que jugar todos. Lo primero es que progresen en el fútbol, que se diviertan y nuestra parte formativa no está por debajo de la parte competitiva, incluso en la categoría de juveniles», dice Rúa.

La cúspide de la pirámide es el equipo de Liga Nacional juvenil, cuyo objetivo es ascender a la División de Honor. «Tenemos un convenio con el Real Zaragoza y a partir de ahí, con nuestros contactos los vamos distribuyendo a los jugadores en equipos de niveles mayores de Tercera o Preferente». La captación se suele realizar desde la escuela. Comienzan con cinco años y este curso cuenta con 89 niños. «El objetivo es que el 70% del primer equipo juvenil sea de la casa. Aunque no cambiamos las plantillas todos los años, si necesitamos un jugador en concreto lo podemos ir a buscar a otro club». Rúa explica que la cantera de El Olivar «no tiene un objetivo definido. Hay mucha variedad. Aunque este es el cuarto año que llevo en el cargo y cuando se hicieron las nuevas instalaciones se dio un giro».

El club tiene 9.000 socios y para jugar a fútbol hay que ser lo a partir de los 8 años. «No es selectivo y crecemos a partir de ahí. El tener que ser socio no nos resta. Jugar aquí es barato. Los no socios pagan 290 euros al año y los socios 150. Pero ofrecemos algo más que no ofrecen los demás. Tenemos servicios como pistas de padel, de tenis, pabellón, piscina...», apunta Rúa.

El director técnico tiene presente en su mente los problemas colaterales que acarrea tener a 600 jugadores. «Hay que convivir con que cada niño tiene a su padre. Tenemos la suerte de que la mayor parte de las familias son de alto nivel social. Pero vienen de todo, especialmente de los barrios de Montecanal y Valdespartera. Aunque aquí la gente suele ser bastante respetuosa», indica.

La entidad también cuenta con dos equipos femeninos, uno en territorial y otro en infantil. «Tienen su historia y mejorar no es fácil. El nivel de la Liga territorial es un poco desastre, pero hay que intentar que cada día más chicas practiquen fútbol. Hay que darle énfasis a esta parcela y darles medios a las que están empezando».

Los técnicos intentan que los niños no se amaneren con los gestos que realizan las estrellas. «Los futbolistas profesionales hacen cosas poco formativas. Por ejemplo, Cristiano Ronaldo lleva las medias por encima de la rodilla y nosotros queremos que las lleven por debajo. También corregimos las celebraciones de los goles. Por otro lado, nuestros técnicos controlan no realizar goleadas excesivas cuando vamos ganando fácilmente», reconoce.