El Barcelona considera intocable a Javier Mascherano. Lo considera así porque el entrenador, Luis Enrique, no quiere ni oír hablar de la salida del jugador argentino, al que tiene como una extensión suya en el terreno de juego. Esto viene a cuento de las informaciones que aparecieron anteayer acerca de los contactos que el mediocampista reconvertido en central ha mantenido con la Juventus de Turín. Se ha hablado de un principio de un acuerdo con el campeón italiano por las próximas tres temporadas.

No se trata de un mero rumor preveraniego. Mascherano, a punto de cumplir 32 años, medita en estos momentos sobre su futuro. En el Barça le quedan dos años aún de contrato, pero alberga dudas. Tiene dudas deportivas. Sabe de la llegada de uno o dos centrales para reforzar la plantilla azulgrana y, pese a haber sido uno de los futbolistas más utilizados por Luis Enrique en la campaña recién finalizada, Mascherano no ve claro su rol en el equipo. Contrariamente a la imagen de seguridad que transmite, el argentino se siente en ocasiones en condiciones de inferioridad, duda de sí mismo, cuestiona sus propias posibilidades, aunque luego la realidad convierta en infundada tanta tortura interna.

La otra causa de plantearse una mudanza está relacionada con sus problemas fiscales. Cabe recordar que en el pasado mes de enero, Mascherano aceptó una pena de 12 meses de prisión por delito fiscal, una condena que no debe cumplir por la ausencia de antecedentes, pero que preocupa al jugador y a su entorno ante la hipotética aparición de cualquier otro desliz con Hacienda. Un error más sería fatal para el argentino.

Evidentemente, el deseo del jugador no implica automáticamente que el Barça vaya a desprenderse de él. Faltaría que el club azulgrana aceptase negociar con la Juventus y se entendiesen en el precio. En estos momentos, Mascherano cuenta con una elevada cláusula de rescisión de 100 millones de euros. Cuando aterrizó en Barcelona, solicitado por Pep Guardiola en el 2010, el club desembolsó unos 25 millones de euros. Guardiola lo recicló enseguida como central. Y así durante seis cursos.

Además, habría también que convencer a Luis Enrique, quien ha demostrado una confianza absoluta en el jugador argentino para acompañar a Piqué. En estos momentos, el técnico asturiano no prescindirá de ninguno de los centrales de la plantilla hasta contar con un relevo.