No duda Iñaki Alonso cuando se le pregunta por la mejor virtud de Borja: "Lo mejor son sus ganas de crecer, el hambre por mejorar y por progresar. Además, ha pasado por un calvario con las lesiones y, esos calvarios, o te matan o te hacen más fuerte. Y él salió reforzado", indica el exentrenador del Murcia, donde el delantero madrileño vivió su primera experiencia en el fútbol profesional, cedido por el Atlético para la 2011-2012

"Viene tras superar una grave lesión en el Atlético. Es su primera salida fuera de su hogar y va a un equipo profesional tras estar en la cantera del Atlético, con más responsabilidad, con más presión. En ese momento, con 19 años, Borja estaba creciendo, se estaba perfilando", explica Alonso, que no le dio muchas oportunidades como titular al ariete, solo minutos sueltos para completar 20 apariciones como jugador pimentonero en esa Liga: "porque tenía mucha competencia. Yo contaba también arriba con Kike García, Chando y Cristian, el Ruso García, que eran futbolistas más contrastados, con más experiencia. Pero, por así decirlo, en cuatro ratos que le puse metió cuatro goles".

Para el entrenador, el ariete ahora zaragocista, "es un punta frío, que no se precipita, que define bien. Le insistía mucho en ampliar cosas, en caer a bandas, en venir a recibir atrás, en mejorar. Y él ese trabajo específico lo llevaba de manera excelente".

Alonso también tiene claro dónde están las facetas a mejorar: "Si logra ser más dinámico, más agresivo en la finalización con la izquierda, quizá también en el remate de cabeza, puede ser un delantero centro importante en el fútbol español, de los mejores, porque no hay muchos nueves de ese perfil aquí".