Luis Manuel Rubiales confirmó ayer la victoria que auguraba desde hace meses. El mandatario se convirtió en el nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), con el respaldo de 80 votos de los 137 emitidos frente a los 56 del otro candidato, Juan Luis Larrea, y una única papeleta en blanco.

«El cambio imparable» que Rubiales convirtió en su lema de campaña se inició ayer en el salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol, donde lanzó su primer mensaje con el objetivo de hacer «una federación para todos». Tomó posesión como presidente «con mucha emoción, con responsabilidad, sobre todo con el afán de devolver la confianza que el fútbol español me brinda», manifestó después de dos horas y cuarto de votación, en la que los presentes accedieron uno a uno a entrar en una cabina y marcar el nombre de su elegido. Después tocó una media hora de recuento voto a voto, en voz alta, por parte del presidente de la mesa electoral.

Rubiales necesitaba 70 votos (mayoría absoluta) para evitar una segunda votación. Pero su nombre sonó de forma reiterada hasta que alcanzó la cifra requerida, que luego estiró hasta 80, para sumar 24 más que Larrea, el tesorero de la RFEF desde 1988 y el presidente temporal de ésta, desde la detención de Villar.

Las elecciones que se celebraron ayer fueron las primeras con dos candidatos desde 2004, cuando Villar ganó a Gerardo González. Ayer se zanjó un largo periodo de inestabilidad en la RFEF, iniciado cuando Villar fue detenido en julio pasado, apenas dos meses después de ser elegido para su octavo mandato, que ahora completará Rubiales hasta 2020.

Los jugadores Iago Aspas y Pedro León fueron los únicos ausentes a la cita de la Asamblea, en la que entraron en la cabina a votar el seleccionador nacional, Julen Lopetegui, su ayudante José Manuel Ochotorena, y el seleccionador de fútbol sala, Jose Venancio López, entre otros de los muchos asistentes.