El Real Madrid se aupó al tercer puesto de la clasificación liguera tras imponerse al Leganés (1-3) en un duelo donde dejó destellos en la primera parte pero careció de inspiración en la segunda. Hizo aparición el Real Madrid con un once sin Cristiano Ronaldo y con Gareth Bale en el banquillo, quedando solo Benzema como embajador de la BBC. Junto a él, en ataque, Isco. En el centro del campo, ausentes Modric y Kroos, una línea de cuatro con Casemiro, Kovacic, Asensio y Lucas Vázquez.

En los aficionados cierta esperanza deseando que se repitiera lo acontecido durante el choque previo entre ambos, una noche mágica para los blanquiazules que terminó en triunfo por 1-2 en el Santiago Bernabéu y el pase a las semifinales de la Copa. Comenzó el partido que parecía que podía suceder. En un lanzamiento de esquina aislado en los instantes iniciales, el Leganés se adelantó por medio de Bustinza y al Madrid se le aparecieron los fantasmas del pasado.

El tanto no afectó a los visitantes, que siguieron apostando por la combinación. Y tardaron poco en obtener recompensa. La jugada del empate nació en un despeje forzado de Siovas que capturó Benzema cerca del área. Se acercó Kovacic a recibir del galo y metió un pase entre líneas al interior del área que desvió lo justo Casemiro rumbo hacia Lucas Vázquez. Controló el gallego y, sin apenas oposición, cruzó con acierto a la base del palo. El 1-2 tardó poco en llegar. Entre Benzema, Casemiro y Lucas desconcertaron a la defensa con una impecable coreografía al primer toque, culminada por el brasileño. En la segunda parte, el Madrid bajó, pero Ramos puso la sentencia con un tanto de penalti cometido sobre Kovacic y transformado por el central.