La lista es total y ustedes ya me entienden. Quiero decir que las tres primeras filas del GP de Aragón de MotoGP (14.00 h, Movistar TV y Vodafone) son el reflejo apasionado y apasionante de lo que es uno de los mejores y más indecisos campeonatos del mundo. Hay pilotos de tres generaciones. Hay campeones de todas las categorías. Representantes de casi todas las marcas y, sobre todo, campeones que persiguen objetivos tan, tan prestigiosos y defendibles como ser los reyes: campeones del mundo de la máxima categoría.

Podemos empezar por la primera fila. Maverick Viñales, el chico llamado a ocupar, no solo la moto, que ya la tiene, sino el trono de Valentino Rossi. Viñales comenzó el año, el invierno y el Mundial arrasando. Fue una flecha y ganó los dos primeros grandes premios. Luego se dio de bruces con la realidad, pero ahí está, sumando dos poles seguidas y relegando a Marc Márquez a la tercera fila de la parrilla tras ser poleman los últimos cuatro años.

Junto a MVK, el tricampeón mallorquín Jorge Lorenzo, que ha prometido continuar peleando por ganar su primer GP con Ducati aunque, como reconoció Márquez ayer, lo normal es que Ducati, que «es la única marca que puede hacerlo», empiece a dar órdenes de equipo. Pero Lorenzo ha costado muchos millones como para colocarlo, tan pronto, de escudero de Andrea Dovizioso. Junto a Lorenzo, el enorme, el gladiador Rossi, al que, de vez en cuando, se le olvida cojear. Vale ha estado soberbio y sale desde primera fila. Sí, cierto, dice que «el objetivo es acabar», pero le verán peleando por el podio.

Toda la segunda fila es Honda, pero cerca, muy cerca de los primeros y muy veloces. Cal Crutchlow sí quiere ayudar, digo, pues ya ha renovado. Márquez, que se cayó ayer dos veces más ¡dos! (ya lleva 22 caídas, récord personal), dice tenerlo casi todo controlado, pero hay quien duda. Y, pegadito a ellos, un desconcertante Dani Pedrosa, que se enfada cuando le planteas si ha pensado en ayudar a Márquez. «Yo aún tengo opciones al título». Se refiere al cetro que nunca ha logrado y viene persiguiendo desde hace 12 años.

Y, de la tercera fila, ocupémonos únicamente de Dovizioso, que hacía mucho tiempo que no salía tan atrás. Si Viñales necesita ganar (está a 16 puntos de Márquez y Dovi), si Márquez necesita vencer (25 puntos más) para, a continuación, administrar la ventaja en Japón, Australia y Malasia, donde Rossi tratará de ser el árbitro del título y decantarlo hacia Viñales, Dovi debe abandonar su mentalidad conservadora, o dejar de calcular en el mejor (o peor) estilo de Misano.

Y así arrancará hoy la primera de las cinco finales que decidirán el título más caro, más disputado (cierto, con menos puntos) de las últimas décadas. Quien gane este cetro dejará boquiabierto al mundo… y a esas tres primeras filas de MotoGP, que congregan a los únicos seres capaces de hacer equilibrios a 350 km/h. sobre dos ruedas, lamiendo el asfalto.