Sam Querrey derribó ayer al español Rafael Nadal, segundo favorito al título, y dio la sorpresa al ganar la final del Abierto Mexicano de Tenis 2017. El estadounidense se impuso al español con parciales de 6-3, 7-6 (3) y le quitó al español la condición de invicto en la competición mexicana, en la que ganó los títulos del 2005 y 2013, cuando el torneo se jugaba en arcilla, y en la que encadenó 14 triunfos con los cuatro de esta semana.

Desde el primer servicio de ambos se perfiló la tónica del partido. Querrey sirvió en cuatro ocasiones para alcanzar el 1-0 y Nadal necesitó trabajar más su saque y los puntos para igualar. El estadounidense, con un bazuca como brazo, registró saques de hasta 210 km/h y con ellos se abrió camino, en algunos mediante su primer servicio y otros con saque, volea y remate.

Con solvencia, Querrey se colocó con 3-2, pero Rafa respondió de la misma manera para el 3-3 y posteriormente no le dio oportunidad a Rafa en el 4-3 al que llegó tras cuatro disparos. La oportunidad para que Querrey tomara ventaja llegó en el octavo juego. Rafa abrió con doble falta, falló un remate y Sam restó para la ruptura y el 5-3. Después repitió su fórmula con su servicio y cerró el 6-3.

En la segunda manga, ambos trabajaron para defender sus servicios hasta llegar al 6-6, siempre más difícil para Nadal que para Querrey. Se fueron parejos hasta el 3-3, pero llegaron los errores de Nadal. Querrey tomó distancia y encaminó el desempate para conseguir el 7-3 definitivo.

La final en Acapulco es la segunda que pierde en el año Nadal tras la de Australia ante Roger Federer. «No pasó nada, Querrey fue mejor. Jugó a un nivel muy alto, rozó la perfección y yo jugué bajo muchísima presión todo el tiempo, por su servicio y por sus golpes de fondo, que realmente fueron fantásticos y muy agresivos», dijo Nadal, que ya ha viajado a Estados Unidos. «La confianza es buena, espero pelear en los Masters de Indian Wells y Miami».