La comarca del Sobrarbe es un tesoro con muchas joyas. Son impresionates los paisajes del valle de Chistau con sus encantadores pueblos, el macizo de Cotiella, Pineta, el cañón de Ordesa con el macizo calcáreo del Monte Perdido... Más al sur de las montañas de tresmil metros discurre la senda pirenaica GR-15. El camino transcurre por la espectacular garganta de Escuain, el cañón de Añisclo, los pueblos abandonados del Sobrepuerto, las ermitas románicas de Tella o el bosque de la Pardina del Señor. Todos ellos serán visitados en un recorrido desde el próximo 12 de septiembre y hasta el 16 organizado por la Federación Aragonesa de Montañismo. El número mínimo de senderistas será de cinco y el máximo de una docena.

El camino comienza en Tella y acaba en Biescas. Son 88 kilómetros donde los senderistas conocerán algunas de las bellezas de las montañas del Sobrarbe. Tiene un desnivel positivo de 4.000 metros y 5.000 en descenso. "Pasaremos por sitios alucinantes y nos encontraremos con verdaderos paisajazos. Conoceremos la vertiente sur del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en dos zonas tan significativas como las gargantas de Escuain y el cañón de Añisclo por donde discurren los ríos Yaga y Bellós. Son dos parajes fenomenales muy accesibles y no demasiado conocidos", explica Fernando Lampre, vicepresidente de la Federación Aragonesa y coordinador de la travesía prepirenaica.

EL COMIENZO

La andada comienza en Biescas el 12 de septiembre y un microbús trasladará a los participantes hasta el inicio de la travesía en la localidad de Tella. Los senderistas se alojarán en el Hotel Lamiana. "El esfuerzo físico será increscendo y las dos últimas etapas serán realmente duras, andando en dos días 60 kilómetros. No hace falta ser Usain Bolt, pero es necesario tener muy buena forma física". Lampre destaca que la mayor dificultad ha sido diseñar el recorrido teniendo en cuenta la disponibilidad de alojamientos. "El tema logístico ha sido complicado. En el GR-15 escasean los alojamientos al final de cada etapa, no como en el GR-11, el Gran Sendero Pirenaico, donde hay refugios al final de cada jornada. Desde Tella hasta Buerba frecuentan los albergues y fondas. Y la última etapa, desde Broto hasta Biescas, es algo larga con sus 26 kilómetros. No se ha podido cortar por ningún lado al no encontrar alojamientos intermedios", indica Lampre.

Esta travesía forma parte del programa federativo Aragón a Pie por GR. "Es una apuesta federativa para popularizar los senderos señalizados y es la forma más segura de acceder a ellos. Ya hemos colaborado con clubs para formar parte de los recorridos. Por ejemplo, fuimos con el Centro Excursionista Ribagorza de Tella a Bielsa por el Portillo de Tella y con el Club Javieres en el recorrido de Bentué de Rasal a Bolea por la Sierra Caballera".

La primera etapa comienza en Lamiana y acaba en Bestué tras visitar la garganta de Escuain. Tiene 12,5 kilómetros, con 850 de ascenso y 750 de descenso. La segunda comienza en Bestué y tras pasar por Vio, termina en Buerba. Tiene 14,5 kilómetros de longitud, con 950 de ascenso y 1.050 de descenso. En ella se visita la parte intermedia del cañón de Añisclo. La tercera es la más larga con sus 33 kilómetros. Comienza en Buerba y acaba en Broto. "Se atraviesa una novedad pirenaica que es el bosque de la Pardina del Señor. Antes no se podía transitar al ser monte de propiedad particular, pero el año pasado se terminó de señalizar. Es de los mejores bosques del Pirineo. Ahora estará verde y frondoso y en el otoño se despide con una explosión de colores", afirma Lampre.

Los senderistas se alojarán en el albergue A Borda Felices de Broto. El día siguiente les queda la etapa reina hasta Biescas. Son 26 kilómetros con 1.610 metros de subida y 1.656 de bajada. "No hay alojamientos de por medio y por eso lo haremos de una tirada. Seguramante andaremos más de diez horas. Pasamos por una zona de mucho nombre como es el Sobrepuerto. Tiene numeroso patrimonio que se ha perdido como son sus aldeas despobladas", concluye Lampre.