Dos meses después de ser reelegido por octava vez, Ángel María Villar es una sombra del hombre que levitaba en las asambleas sacando pecho y que gobernaba con aparente firmeza su cortijo. Los que le conocen dicen que es incapaz de asaltar la caja, pero no hacerlo y mirar hacia otro lado le sitúa igualmente en el amplio espectro de los corruptos que abundan en este país.

La defensa del eterno presidente cae a plomo cuando se repasa el auto del juez Pedraz, donde los acontecimientos se suceden de manera vertiginosa. Pese a todo eso, Villar sigue sin dimitir como si esperara que los barrotes de la cárcel se fueran a derretir para regresar a su poltrona.

La mañana en Las Rozas olía a vacío. No aparecía esa cohorte que suele, que solía, rodear en cada asamblea a Villar. Tampoco estaba el presidente en la puerta de entrada, la misma que atravesó el pasado martes acompañado de la Guardia Civil, para recibir a los presidentes dibujando esa amplia sonrisa mientras enrosca sus manos y arquea aún más sus piernas de exfutbolista.

No había asamblea. Solo era el sorteo del campeonato, previsto para el jueves y celebrado finalmente ayer, pero en el ambiente flotaba todo lo que se desencadenó a raíz de su detención. Y son muchas cosas porque quién puede explicar que el dirigente despidiera a una secretaria tras indemnizarla con 300.000 euros, para contratarla un día después por más de 200.000 o que la federación pagara 36 millones entre el 2009 y el 2016 por camisetas para árbitros que no se usaban por su mala calidad.

Eso también está en la agenda de Pedraz, que habla de una concesión a la empresa Estudio 2000 de cuyo contrato se benefició Juan Padrón, el brazo ejecutor de Villar y, según el juez, «arropado» por el presidente encarcelado.

Denuncia de Padrón

El propio Padrón es el mismo que coge el altavoz de su teléfono pinchado en las escuchas que obran en poder de la justicia para decir que Marcelino Maté, que presidió la gestora y que apunta a hombre fuerte en el cambio de rumbo federativo, cobra 3.000 euros al mes de manera irregular. Otra prueba del entramado corrupto que rodea la gestión de Padrón.

También apunta el magistrado que la federación concedió «beneficios a algunos de los presidentes de las federaciones en cuyo ámbito no tenía asegurado el apoyo». Concretamente, las de Madrid, Murcia, Ceuta y Cantabria. De todos esos golpes no parece querer enterarse Villar, que sabía que le habían intervenido el teléfono, lo que desvelaba él mismo a sus interlocutores.

No solo no dimite Villar, sino que ni siquiera Javier Tebas, el presidente de LaLiga, no está seguro de que el presidente se vaya. Pese a ello asegura que «Villar ya es historia en el fútbol español, pero ahora toca acabar con el villarismo, aunque van a salir muchas cosas que nos sitúan ante una organización para delinquir. Lo que procede es hacer una comisión gestora, disolver la Asamblea, por esto y por otras cosas que saldrán de las elecciones y que la gestora haga un escenario idóneo para unas elecciones totalmente libres y transparentes», dijo Tebas.

El lunes, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) abrirá expediente a Villar, lo que supone un paso previo para que el Consejo Superior de Deportes suspenda cautelarmente al presidente.