Ni un fichaje, ni una salida. Tampoco una respuesta al revés que ha sufrido por parte de algunos jugadores. Zinedine Zidane pretende que ese acto de fe tenga respuesta por parte de su plantilla en lo que resta de temporada. Con el PSG a la vuelta de la esquina, el técnico francés ve preparado a su equipo para salvar ese gran obstáculo y también lo que queda de una Liga que se resiste a entregar al Barcelona. «Tenemos que terminarla bien porque no creo que esté sentenciada», afirma el entrenador del Madrid.

No tiene ningún apego al cargo y entiende que cuando las cosas van mal «es normal que se hable de posibles sustitutos». Quizá por eso Zidane ha decidido no mover nada en una plantilla que se debate entre una amenazante irregularidad y la necesidad de agarrarse a la Champions como tabla de salvación. Asegura el técnico francés que su decisión de no fichar ni abrir la puerta a nadie no ha sido una cuestión puramente diplomática. «Algunos pensarán que lo he hecho para no tener problemas. Confío mucho en mi plantilla. Estamos juntos en un momento complicado».

Sabe que si las cosas salen bien, su crédito volverá a crecer, aunque si no es así, todo indica que habrá un nuevo inquilino en el banquillo blanco. «Me da igual lo que pase el próximo año», afirmó el técnico francés. «Es un momento para echar gasolina y ganar en intensidad y resistencia. El primer año tuvimos tres semanas para trabajar y mejoramos mucho físicamente», dijo Zidane.

Su equipo ha sumado dos victorias consecutivas en Liga. En esos dos encuentros, el Madrid ha marcado 11 goles, siete al Deportivo y cuatro al Valencia, y ha encajado dos goles. La recuperación de la pegada coincide con la aparición de Cristiano Ronaldo, que ayer volvió a entrenarse con el grupo después de haber estado dos días en el gimnasio. Será una de las grandes bazas ante el Levante (20.45, beIN LaLiga), equipo al que le ha marcado 14 goles en 13 enfrentamientos. El equipo de López Muñiz no gana en casa desde el 21 de septiembre.