Composites del Ebro, compañía dedicada a la fabricación de palas de pádel, ha visto cómo se esfumaba su prometedor negocio en Calatayud tras ser sancionada por un delito contra los derechos de los trabajadores por la Inspeccción de Trabajo. La empresa, que comenzó a operar en junio del 2015 en el polígono La Charluca, acaba de echar el cierre.

La compañía tendrá que pagar 20.000 euros por vulnerar los derechos de dos trabajadores argentinos, que fueron incorporados a la plantilla como expertos para formar a los empleados locales cuando echó a andar el negocio, según recoge el acta de infracción de la Inspección de Trabajo.

Ambos profesionales permanecieron alrededor de 15 meses trabajando como peones y a tiempo completo para Composites del Ebro, de la que percibían alrededor de 600 euros netos mensuales, sin que ninguno de los dos tuviera permiso de residencia ni de trabajo, según ratifica el propio organismo inspector.

Tampoco tenían contrato de trabajo, por lo que Composites del Ebro tendrá que abonar otros 14.000 euros por el retraso en el pago de cuotas a la Seguridad Social, según destacó a este diario ayer el abogado de los empleados argentinos, Víctor Ruiz. En total, 34.000 euros de multa.

Apoyo municipal

Pero esa es solo una de las razones que han llevado a su cierre. Esta empresa, subvencionada por el Ayuntamiento de Calatayud con la condición de crear empleo, era inquilina de unas naves municipales. Esas naves industriales fueron entregadas en condiciones muy favorables, a cambio de un alquiler de precio simbólico y por un período de diez años. Además, Composites del Ebro se ha beneficiado de ayudas económicas directas al amparo del programa de incentivos Emprender Calatayud, con al apoyo del Ayuntamiento de Calatayud y Sodiar (Sociedad para el Desarrollo Industrial de Aragón), dependiente del Gobierno de Aragón) por valor de 15.000 euros, que supuestamente debería resarcir.

Los dos trabajadores argentinos presentaron una denuncia ante la Inspección de Trabajo, en la que relataban que eran profesionales del sector de la fabricación de palas de pádel. En la misma incidieron en su situación «irregular», que verificó la propia inspección en una visita en septiembre del 2016. En la denuncia que también presentaron en la comisaría de Policía dijeron sentirse «engañados», ya que no contaban ni con permiso de residencia ni de trabajo, ni contrato laboral, además de no percibir el pago de la totalidad de sus sueldos, y que las cantidades se las pagaba la empresa en mano, sin recibo reglado de nómina.

La empresa bilbilitana, tras echar el cierre, ha despedido a los cinco trabajadores que tenía en plantilla con contrato de trabajo, aunque estos no han recibido todavía ninguna indemnización.