La Comisión Europea (CE) ha llegado a un principio de acuerdo con el Gobierno de Portugal para recapitalizar el mayor banco luso, Caixa Geral de Depósitos (CGD), con una inyección de hasta 4.600 millones de euros. El plan acordado entre Bruselas y Lisboa obliga a la entidad pública a llevar a cabo una gran reestructuración que incluye el cierre de oficinas y los consiguientes despidos de empleados que algunos medios cifran en 2.500 personas, de los que 537 trabajan en España, sobre una plantilla total de 16.058 personas.

El acuerdo, conocido ayer pero alcanzado en la noche del martes entre la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, y las autoridades portuguesas determina «el camino a seguir para permitir la recapitalización de CGD bajo condiciones del mercado», según un portavoz comunitario. Con este acuerdo, el Gobierno de izquierdas luso logra mantener la titularidad pública del banco tras meses de un intenso tira y afloja con la CE a quien inicialmente Lisboa pidió que la recapitalización directa fuera de 5.000 millones.

Según las condiciones del acuerdo, Caixa Geral deberá aportar un total de 1.000 millones en deuda subordinada y el Estado luso inyectará hasta 2.700 millones en la entidad. Además transferirá sus acciones en ParCaixa a Caixa Geral de Depósitos y convertirá 900 millones de valores convertibles o bonos convertibles contingentes (los llamados cocos) en acciones.

El acuerdo incluye «una racionalización en profundidad» encaminada a recuperar una elevada rentabilidad a largo plazo mediante «importantes recortes de los costes». En otras palabras, supone el cierre de la gran mayoría de las sucursales en el extranjero, excepto en África.

Lisboa no ha aclarado si optará por la venta de su negocio español o si se limitará al cierre de las sucursales, unas 100 oficinas en provincias fronterizas con Portugal que emplean a casi 500 personas. H