Aragón lleva tres años seguidos creando empleo, pero no lo está haciendo a cualquier precio. La reactivación del mercado laboral se está basando en trabajos de baja calidad, como demuestra el hecho de que el número de contratos parciales haya subido un 43,9% en los últimos cinco años. Lo peor, sin duda, es que esta parcialidad no es voluntaria en muchos de los casos, tal y como advierte el presidente del Consejo Económico y Social de Aragón (CESA), José Manuel Lasierra, que hace dos semanas presentó el último informe anual del organismo.

Según el estudio, más del 50% de los aragoneses que trabajan a tiempo parcial desearían encontrar un empleo a jornada completa, una situación que afecta más a las mujeres: este tipo de relación contractual solo la registra el 23,5% de la población masculina, mientras que en la femenina llega hasta el 46,4%. «Todo ello refleja el desigual reparto de las tareas domésticas y los problemas de conciliación entre vida laboral, familiar y personal que persisten en la sociedad española», destaca el informe del CESA.

Con todo, este incremento de la parcialidad afecta cada vez más a los hombres. No en vano, durante el último año estos contratos han crecido de manera más pronunciada en los hombres (13,9% más) que en las mujeres (10,2% más). Los empleos a tiempo parcial representan ya el 33,7% de la contratación en Aragón.

SUBE LA TEMPORALIDAD

Al mismo tiempo que sube la parcialidad, también sigue aumentando el número de contratos temporales (9 de cada 10 contratos firmados el año pasado) y el porcentaje de población afectada por esta temporalidad también se incrementó: 23,5% frente al 22,8% del 2015.

Tal y como destaca el informe del CESA, la reactivación del mercado de trabajo, que apenas ha logrado recuperar la mitad del empleo perdido durante la crisis en Aragón, se ha cimentado sobre todo en el sector servicios. «Ha generado casi tres cuartas partes de los contratos y las mujeres han ocupado cuatro de cada cinco nuevos puestos», subraya la catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza, Dolores Gadea, quien apunta que a pesar de ello la brecha de género se mantiene: la tasa de paro femenina (17,8%) es seis puntos más alta que la masculina.

Mientras el sector servicios se afianza como el motor del mercado laboral en la comunidad -tradicionalmente con contratos de peor calidad-, la industria pierde fuelle. Esta actividad fue la que más ralentizó su progresión el año pasado: creció un 1,4%, mientras que servicios, agricultura y construcción lo hicieron por encima del 3%.

El estudio del CESA analiza otros colectivos afectados por las desigualdades del mercado laboral como los parados de larga duración. La cifra de desempleados que llevan más de un año buscando trabajo descendió el año pasado en la comunidad en 4.200 personas (-7,5%), mientras que en el último lustro este colectivo se ha reducido en un 1,3%, con una bajada importante entre los varones (14%) y una notable subida entre la población femenina (10,9%).

TASA DE PARO JUVENIL

La situación de los jóvenes parados, aunque sigue siendo muy complicada, también mejoró algo durante el 2016. Así, la tasa de paro juvenil se redujo 4,6 puntos porcentuales. Con todo, los menores de 25 años siguen presentando las tasas de paro más elevadas (36,7%) de todos los grupos de edad.

Otro dato alentador que arroja el informe es que la población activa, animada por el buen comportamiento del mercado laboral, creció por primera vez en cuatro años en Aragón.