El recientemente fallecido actor Leonard Nimoy, famoso por interpretar al doctor Spock en las diferentes encarnaciones de Star Trek, comentó de esta forma en una ocasión cómo se sentía tras dejar (temporalmente) su personaje más famoso: "Pienso en mí mismo como un transatlántico que ha ido atravesado una larga distancia a máxima velocidad y cuyo capitán ha pulsado el botón de parar, pero el barco no se detiene inmediatamente. Tiene su propio impulso".

Como dijo el intérprete y como también nos decían cuando aprendíamos a tirarnos de cabeza al agua para nadar, tomar impulso es fundamental: el esfuerzo para avanzar es menor. En esto andan metidos los mercados europeos desde que el BCE puso en marcha su programa de compra de deuda pública.

Los efectos de la medida se van dejando sentir poco a poco y provocan que los inversores se tomen las noticias negativas un poco menos mal y las buenas un poco más bien. Y en jornadas como la de ayer, sin noticias muy notables, que la nave avance por su propio impulso. Los datos adelantados de producción manufacturera de la zona euro, así, resultaron mejores de lo esperado, mientras que el accidente aéreo no tuvo apenas impacto en las aerolíneas en bolsa.

El Ibex 35 volvió a disfrutar de los efectos de su reciente ruptura de resistencias y subió el 1,1%, a los 11.579,3 puntos (niveles del 2010), con la prima de riesgo y el euro al alza, hasta los 105 puntos y los 1,1 dólares.