Según avanzó el Süddeutsche Zeitung, Daimler modificó desde el 2008 al 2016 el sistema de más de un millón de sus vehículos con unos niveles de emisiones contaminantes demasiado altas para que esquivasen los controles y se saltasen la normativa medioambiental europea. Los coches se vendieron en Europa y EEUU.