El boom del sector porcino en Aragón comienza a plasmarse en las cifras que barajan tanto los sindicatos como las administraciones. Y el 2017 ha sido un ejemplo. Esta actividad permitió a la ganadería elevar sus ingresos en casi un 14% frente al descenso del 11,20% registrado en la comercialización de productos agrícolas, según las cifras de la organización agraria UAGA, que ayer hizo balance del 2017. Además, el empleo también avanzó el 7,35%, llegando en junio a cifras «históricas» de más de 24.200 trabajadores.

La producción final agraria (riqueza que genera la actividad) también repunta este año un 3,85% hasta sumar 3.759 millones. De ellos, el 34,23% proceden de la actividad agrícola y el 65,7% del sector ganadero, aunque cobra especial relevancia el porcino (41,8%).

Aragón supone hoy el 25,59% de la producción final nacional de cerdos, solo por detrás de Cataluña (27,66%), aunque la región vecina «no crece tan rápido como Aragón -el 8% en los últimos cinco años-, por lo que la comunidad podría convertirse en la principal productora de España», recoge el sindicato en su balance. Sin embargo, la facturación del sector «termina yéndose a las grandes empresas que son propietarias «mientras que a los ganaderos apenas les llega un 10%», lamenta el sindicato.

Por ello, no es de extrañar que UAGA considere que el porcino «enmascara» las cuentas del sector primario aragonés, que se han visto duramente azotado por la sequía, la crisis de la fruta de hueso y, principalmente, por la caída de precios en casi todos los cultivos.

El secretario general de la organización agraria, José Manuel Penella, recalcó que una parte de la mano de obra del sector agrícola -principalmente fruticultores- está abandonando la actividad y buscan trabajo como la construcción, por ejemplo, si bien constató que el sector porcino también ejerce de polo de atracción. Hoy hay más de 4.100 explotaciones en Aragón y más de 7 millones de cabezas, lo que supone un incremento del 17,5% en solo un lustro.

El contraste llega de la mano de los productores de fruta dulce que han sufrido una nueva crisis de precios este verano, lo que deja al sector «muy tocado», a pesar de que la cosecha ha sido «buena», lo que ha hecho crecer el nivel de contratación pero no de ingresos. Así, las liquidaciones reflejan que productos como el melocotón y la nectarina se han pagado hasta a diez céntimos el kilo cuando el coste de producirlos es de 35. «Cuando lleguen los cambios estructurales ya no habrá fruticultores», advirtió Penella, que recalcó la relevancia de la actividad ganadera, salvo el ovino, frente a la agrícola.

PÉRDIDAS MILLONARIAS

La otra cara de la moneda fueron algunos cultivos agrícolas. De hecho, Asaja, que también hizo ayer balance del 2017 aseguró que las repercursiones de la falta de agua en el regadío, incluido el sector frutícola, llevaría consigo unas pérdidas «de 1.500 millones». El secretario general de Asaja Aragón, Ángel Samper, anunció que el decreto de la sequía se publicará a mitad febrero «y va a abordar no solo la sequía sino también la agricultura, la ganadería extensiva, la fruta y la apicultura».