Poco antes de las doce de la noche del domingo, un suspiro de alivio recorrió la sede del PAR en Zaragoza. En unos comicios complicados, los aragonesistas lograron salvar los muebles al obtener seis diputados (solo uno menos que en el 2011), aunque lo tiene difícil para volver a tocar poder. Esa sensación de sosiego permanecía ayer en el cuartel de la calle Coso. Ninguna prisa en analizar los resultados y sus consecuencias --de hecho, la dirección ni se reunió--, y menos cuando solo faltan dos semanas para que el partido celebre su XIV Congreso.

De la asamblea del 6 y 7 de junio saldrá la nueva ejecutiva, por lo que será ella la que tome cualquier decisión relevante a corto plazo. Así, la formación no prevé mover ficha en los próximos días, aunque si algún partido toca en su puerta "se le atenderá como siempre".

En este sentido, Arturo Aliaga, que va a liderar el proceso de renovación de los aragonesistas salvo sorpresa mayúscula, dijo tras conocer los resultados que no cierra la puerta "a nadie" en materia de pactos. "Primaremos el interés general de Aragón a los intereses políticos; a ver si todos aplicamos la misma receta", indicó.

Eso sí, el papel de bisagra que el PAR ha ejercido en las últimas legislaturas se desvanece debido al desplome del PP y a la llegada de Podemos. Así, y aunque los aragonesistas han estado casi toda su vida política dentro del Gobierno autonómico, Aliaga ha dejado claro que la vida del PAR en la oposición sería "exactamente igual" que dentro de la DGA. "Nos centraríamos en defender los intereses de los aragoneses, como siempre", dijo.

Quizá lo más difícil para el PAR será mantener su presencia y su estructura en el ámbito rural sin estar en el poder.

Sea como sea, Aliaga se mostró muy satisfecho en la noche del domingo a pesar de perder cerca de 17.000 votos. "Algunos nos daban por muertos y estamos más que vivos; hemos superado cualquier previsión y estoy muy contento", señaló el candidato a la DGA.