Los sondeos en esta ocasión no fallaron. Las elecciones autonómicas de ayer depararon en Aragón, más o menos, los resultados que anunciaban las encuestas y que suponen un giro total a la izquierda y un castigo a la política del Gobierno popular de Luisa Fernanda Rudi que, aunque consigue ser el partido más votado, pierde un 12% de votos y no logrará configurar una mayoría de centro derecha en el nuevo Parlamento. Ayer mismo, la ya presidenta en funciones, tiró la toalla en su primera intervención pública tras conocer el resultado y habló en términos de retirada.

Las nuevas Cortes de Aragón tendrán una clara mayoría de izquierdas ya que el PSOE se mantiene como segunda fuerza política con 18 escaños, cuatro menos que en el 2011 y un 21,3% de votos y como tercera fuerza irrumpe con fuerza Podemos. De la mano de Pablo Echenique supera el 20% de votos, se queda a poco más de 5.000 votos de los socialistas y consigue 14 diputados. El PAR aguanta bien el tirón y obtiene seis diputados, dos por cada provincia, solo uno menos que hace cuatro años. Con cinco parlamentarios entra el partido de Albert Rivera, Ciudadanos, que consigue el mayor tirón en la provincia de Zaragoza (3 escaños); CHA baja a la mitad su representación pero resiste el tirón de la nueva izquierda gracias a su empuje en Zaragoza, de donde salen sus dos diputados y finalmente Izquierda Unida es a la que peor le sienta el impulso de Podemos al quedarse solo con un representante por la provincia zaragozana, Patricia Luquin.

A la hora de elegir presidente de Aragón, el nuevo hemiciclo de la Aljafería tiene mayoría absoluta de la izquierda, con PSOE, Podemos, CHA e IU, con lo que el líder socialista, Javier Lambán, podría liderar un posible pacto. No obstante hay que tener en cuenta que entre el PSOE y Podemos aunque hay una diferencia de cuatro escaños, en porcentajes solo hay un 1% (20 y 21), por lo que el diálogo será intenso.

El otro partido que irrumpe también en el Parlamento aragonés es Ciudadanos que consigue más de 60.000 votos y un 4,9% de los votos, gracias principalmente a sus apoyos en Zaragoza, circunscripción por la que logra tres diputados, mientras por Huesca y Teruel consigue uno. La tendencia nacional ha pesado mucho más que el carácter regional del partido en la comunidad.

El PAR de Arturo Aliaga obtiene sus peores resultados de la historia, pero consigue aguantar frente al tirón de los partidos emergentes y la pérdida de un solo diputado (por Teruel logra dos en lugar de tres) se entiende como un éxito por la formación. En porcentaje pierde un poco menos de tres puntos.

Finalmente, los dos partidos de la izquierda tradicional, CHA e IU, son otros de los sacrificados por los electores. Los aragonesistas pierden dos escaños y casi cuatro puntos porcentuales, mientras que los izquierdistas solo bajan un 2% pero se dejan en el camino tres escaños y unos 14.000 votos.

UPD, que hace cuatro años estuvo a un paso de entrar en las Cortes, en esta ocasión se ha quedado fuera con un 0,85% y tan apenas 5.600 votos.