Después de 65 años dedicados a la ilustración, Alfredo González (Alfredo) reconoce a sus 84 años que haber sido galardonado con el Premio Nacional de Ilustración 2017 es una «coronación final» que le viene «muy bien» y que le hace sentirse «lleno de gozo».

Así lo expresó a Efe el ilustrador asturiano (Agüeria, 1933) tras conocer que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte le otorgó ayer este premio dotado con 20.000 euros, una cantidad que destinará a invitar a su familia y amigos a un «cocido», así como para llenar la «huchita»: «Ya somos mayores los dos (refiriéndose a su esposa) y tenemos una pensión de autónomos».

«El premio es una meta, una coronación final después de 65 años de oficio. Me viene muy bien, como me vino muy mal el dolor de espalda por estar dibujando toda mi vida en un palo de gallinero, en una silla giratoria horrible. Pero de momento me muevo bien, me puedo calzar», reconoce entre risas.

El jurado otorgó el galardón a Alfredo «por su dilatada trayectoria, que le ha llevado a trabajar en distintos puntos de España y del mundo, por su cultivo de distintos aspectos de la ilustración y por su magisterio e influencia en sucesivas generaciones».

Tras 17 años trabajando en publicidad dirigió, en 1971 una agencia de Venezuela, desde donde recorrió Latinoamérica. A su regreso a España compaginó publicidad e ilustración colaborando en diversos medios y revistas, como El Papus, El Jueves, La Codorniz y Muy Sr. Mío. Summa, Cambio 16, La Calle, El País y El Mundo. Entre los libros que ha ilustrado destacan Teoría de Madrid, con Francisco Umbral, y De Moscú a Nueva York, con el escritor Ignacio Carrión.