Tienen nombre de solista pero son un conjunto. El estribillo de su Cómo te atreves es más conocido que ellos mismos, pero no son ni mucho menos un grupo de una sola canción. El banjo que marca su estilo no tiene origen country, sino español. Han visto la luz como fenómeno made in Spain pero son latinoamericanos. Su pop rock remite al de bandas argentinas pero vienen de un país tan poco dado a este sonido como es Colombia.

Son Morat y llevan una semana de gira por España con 13 fechas casi consecutivas. Mañana sábado actúan en el Pabellón Multiusos de la localidad turolense de Calanda y el domingo recalan en la sala Oasis de Zaragoza.

Dos Juan Pablo y dos Vargas. Juan Pablo Isaza es lo más parecido a un líder en este cuarteto cuyos componentes ya eran buenos amigos de niños. Juan Pablo Villamil comparte protagonismo y toca además su característico banjo. Martín Vargas acaba de entrar en Morat como nuevo batería aunque ya los conocía de toda la vida, pues es el hermano pequeño de Simón Vargas, bajista con quien mantenemos esta conversación telefónica intercontinental. «Empiezas a tocar sin muchas expectativas, simplemente porque está guay, y de pronto todo explota y tienes que enfrentarte a ello sobre la marcha», asegura.

CAMBIO EN LA FORMACIÓN / Ese fue el principal motivo porque el que, hace dos meses, abandonó la formación el batería original Alejandro Posada. Curiosamente, lo de Morat venía de un antepasado suyo. «El estilo de vida que lleva un músico profesional no hay forma de conocerlo hasta que no te sucede. A nosotros nos cogió por sorpresa y Alejandro se dio cuenta de que lo que realmente quería seguir haciendo es su carrera de arquitectura», explica el mayor de los Vargas. Fieles al estilo de pandilla que siempre han tenido, ni se plantearon convocar un cásting para suplir a su amigo. «Cuando empezamos con el grupo mi hermano estaba todavía en el colegio, pero ha compartido nuestra carrera desde el primer momento», detalla.

Cómo te atreves se coló entre las canciones más coreadas del verano pasado, sin embargo, su tarjeta de presentación tenía en realidad que haber sido Mi nuevo vicio, que triunfó antes en la voz de la mexicana Paulina Rubio. «Nosotros la habíamos colgado en internet por nuestra cuenta y su hermana la escuchó y se la mostró mientras estaban las dos de crucero. Al mismo tiempo, facilitó mucho las cosas. Ya por entonces estábamos negociando con la discográfica Universal». Aunque con la filial española de dicha multinacional.

SONANDO EN ‘GRAN HERMANO’ / Aquí se instalaron durante bastante tiempo, sin embargo, ahora ya ni saben en qué país viven. «Una de las noticias más surrealista que nos han dado es que nuestro disco ha sido número uno en Bielorrusia. Igualmente, nuestras mascotas las seguimos teniendo en Bogotá», aclara riendo. El suyo ha sido un caso parecido al de sus compatriotas Cali y El Dandee, con quienes a menudo colaboran. «Compartíamos mánager». Y han sonado hasta la saciedad en Gran hermano.

El banjo les da un aire country con el que nada tenía que ver su inclusión en el sonido Morat. «Mi mejor amiga fue de viaje de graduación del colegio a Barcelona y se trajo este banjo con la intención de aprender a tocarlo. Pero nunca lo hizo y el banjo se quedó colgado en una pared durante dos años, hasta que un día se lo pedimos prestado». La otra marca de la casa son esos coros de estadio. Coros que tampoco faltan en Amor con hielo.