Como parte de su programa de Mujeres a escena, el Teatro de las Esquinas invita hoy a las 20.30 horas a ponerse en la piel de los refugiados mediante la arriesgada apuesta de Guerra: ¿Y si te pasa a ti?, la segunda propuesta escénica de la compañía teatral La Casa Escénica, que no pierde la temática social que ya presentaron en su anterior obra Marx en el Soho.

«Se trata de teatro comprometido que cuenta con un despliegue escenográfico mínimo y austero, creemos que así el espectador puede olvidarse de los adornos superfluos y ahondar en el fondo del mensaje propuesto» explicó ayer Alfonso Plou, dramaturgo habitual de la compañía y adaptador del texto original de la autora danesa Jane Teller, que estuvo ayer acompañado durante el acto de presentación por la directora y también adaptadora de la obra, Esmeralda Souto, y por su actriz protagonista Inma Oliver.

Y es que La Casa Escénica no es la primera compañía que adapta el texto de Teller, sino que otras muchas compañías europeas ya advirtieron hace tiempo el potencial dramatúrgico de esta breve novela de apenas 64 páginas editada en formato pasaporte realizando sus pertinentes adaptaciones. Algo que la propia autora ya adelantó, indicando la necesidad de que la novela se adaptase correspondientemente en cada país en el que se representase atendiendo a su contexto socio-político-cultural.

«En nuestra adaptación de Guerra presentamos un ejercicio de política ficticia en el que cae el euro, la Unión Europea se desintegra y el continente queda a merced del auge de los movimientos totalitarios, obligando así a la gente a emigrar a los países árabes. Hasta aquí todo ocurre como lo escribió Jane Teller, pero nosotros hemos añadido matices y elementos que hacen que el espectador español pueda identificarse mejor con la historia de Inma», explicó Alfonso Plou, que quiso indicar en tono de advertencia que si bien Souto y él adaptaron el texto hace más de un año, los temas planteados han adquirido durante los últimos meses «más cercanía que nunca».

VIVENCIA PERSONAL// La experiencia personal de Inma Oliver también está presente en la puesta en escena de la pieza. La actriz, habitual de la escena zaragozana, participó en 2009 en actividades de apoyo en campos de refugiados iraquís en Siria apenas dos años antes de que la guerra civil sacudiese el país, una vivencia que Oliver no ha dudado de incorporar a la construcción de su personaje. «A veces, si nos limitamos a ver las noticias, podemos percibir estos problemas con un sentimiento muy lejano, pero una vez que conoces el problema de primera mano te das cuenta de una verdad, y es que ningún refugiado podía creerse lo que les había pasado», indicó la actriz, que admitió haber cambiado desde entonces su perspectiva sobre el conflicto, temerosa de que «en cualquier momento pueda encenderse la chispa que provoque una catástrofe».

Una experiencia que según Souto ha provocado durante los ensayos «momentos verdaderamente sobrecogedores», y que esperan que aporte a la obra el empuje necesario para concienciar a los espectadores. «Nuestro objetivo es ir de lo particular a lo universal, ofrecer un enorme ejercicio de empatía que permita, además de concienciar sobre la crisis de los refugiados, conocer cómo la guerra afecta a las mujeres», señaló la directora, que ensalzó al Teatro de las Esquinas por dedicar todo un ciclo a la presencia de las mujeres en las artes escénicas, algo que calificó de «necesario dados los tiempos que corren».