El cine italiano está de luto. El director Vittorio Taviani, que junto con su hermano pequeño Paolo formó un formidable tándem creativo, falleció ayer en Roma a los 88 años. Los Taviani firmaron algunas obras maestras del cine italiano de las últimas décadas como César debe morir, Padre Padrone o La noche de San Lorenzo. No habrá ni capilla ardiente ni un funeral público por expreso deseo del fallecido, que ya llevaba mucho tiempo enfermo.

Aunque para los hermanos Taviani hacer cine a cuatro manos era tan natural como respirar, su último filme no pudieron rodarlo así. Vittorio estaba ya enfermo y Paolo asumió en solitario Una questione privata (2017). «Estuve muy atento siempre a los consejos mi hermano», explicó el menor de los Taviani. Juntos crearon algunas de las páginas más bellas del cine italiano, que siempre los consideró sus «grandes maestros del cine social» por su larga y prolífera trayectoria repleta de galardones.

Vittorio Taviani nació en San Miniato di Pisa, en la Toscana, el 20 de septiembre de 1929, dos años antes que su hermano Paolo. Hijos de un abogado antifascista, centraron su trabajo en el cine social, influenciados por el cine de Roberto Rossellini, referente del neorrealismo, pero también por Vittorio de Sica. Su estilo se distinguía por una mezcla de historia, psicoanálisis y poesía. Muchas de sus obras se basan en obras literarias.

TEMAS SOCIALES

Ambos estudiaron Derecho en la Universidad de Pisa, pero su pasión por el cine pudo más y abandonaron sus estudios para firmar una serie de documentales con argumentos sociales. Su debut en la gran pantalla tuvo lugar en 1962, con Hay que quemar a un hombre, basado en la vida de Salvatore Carnevale, un sindicalista marxista que se enfrentó a la mafia siciliana, aliada a los intereses del gobierno y de los terratenientes locales, y que acabó siendo asesinado por su activismo en 1955. la película fue premio de la Crítica en el Festival de Venecia.

Siguieron explorando temas sociales en filmes como No estoy solo (1972), Premio Interfilm del Festival de Berlín, y Allosanfàn (1974), interpretado por Marcello Mastroianni y Lea Massari, ambientada en las Guerras Napoleónicas. Pero su gran éxito llegó con Padre padrone (1977), un filme basado en la novela biográfica de Gavino Ledda que describe la vida bajo un padre despótico en la Cerdeña profunda. Con él conquistaron la Palma de Oro en Cannes.

El tema de la infancia también aparece en La noche de San Lorenzo (1982), dramática historia de un grupo de vecinos que en el año 1944, ante la amenaza de un bombardeo alemán, intenta huir a las montañas con la música de Nicola Piovani. El filme ganó el Gran Premio del Jurado en Cannes.

Vittorio y Paolo también trabajaron en Hollywood, que homenajearon y satirizaron en Good morning Babilonia. Admiradores de Luigi Pirandello, se inspiraron en su obra para realizar Kaos (1984), un filme surrealista con reflexiones sobre los desórdenes y crueldad de la vida y una denuncia del fascismo y la mafia.

Unos ya octogenarios hermanos Taviani firmaron César debe morir (2012), reinterpretación del Julio César de Shakespeare, rodada en blanco y negro en una prisión. Ganó el Oso de Oro en Berlín.