Unas obras de mejora en el entorno del palacio barroco de los Condes de Aranda en Biota sacaron a la luz la semana pasada la planta de una iglesia románica. Fue tras el derribo de una antigua vivienda anexa al palacio y adosada a la muralla, cuando se descubrió un conjunto de sillares trabajados que formaban un ábside. Los trabajos de los últimos días apuntan a que se trataría de un edificio construido entre finales del siglo XII y principios del siglo XIII. Es decir, pertenecería al románico tardío, como la mayoría de los edificios de este estilo arquitectónico, que caracteriza a la comarca de las Cinco Villas.

Este templo "sería de una sola nave y estaría rematada por un ábside semicircular", explicó la arqueóloga Carmen Marín. "También hemos encontrado restos de pavimento, de ladrillo, en el suelo de la iglesia y una serie de marcas o incisiones que estarían adosadas al muro", continuó. El hallazgo presenta una longitud de 20 metros y una anchura de seis metros y ya se apunta que podría tratarse de la iglesia de Santa María.

En las excavaciones también han aparecido fragmentos de cerámica de siglos posteriores y la escalera de la antigua vivienda. Está previsto que se siga trabajando en los próximos días, porque "normalmente en este tipo de templos podría haber dos entradas y hemos encontrado una en la pared sur, que está junto a la muralla y no se ve bien la delimitación", afirmó Marín. Además, se da la circunstancia que "la parte del ábside está cortada y queremos conocer la línea de este semicírculo" y, de este modo, delimitar el edificio. Junto a todo esto, han aparecido marcas de cantería y pinturas murales, que habrá que proteger.

El hallazgo ha sorprendido a los vecinos, a pesar de que se conocía por la tradición oral la existencia de otras iglesias más, al margen de la de San Miguel, en este término municipal. Los restos ya han sido visitados por técnicos de Patrimonio del Gobierno de Aragón.