Toros de Ana Romero, Juan Luis Fraile, Guardiola Fantoni, Torrestrella (vuelta al ruedo), J. Luis Osborne y Ana Romero (sexto, como sobrero). Antonio Ferrera, silencio y oreja; Serafín Marín, palmas y silencio; Alberto Álvarez, silencio en ambos. Un cuarto de entrada en festejo de 2 horas y 45 minutos de duración.

Antonio Ferrera volvió a revivir en Zaragoza una experiencia ya conocida. Al igual que en la Feria del Pilar de 2009 se topó con un gran toro de Antonio Bañuelos de nombre Acelerado y al que cortó una oreja, ayer cruzó su destino con el toro Infeliz, del hierro de Torrestrella con idéntico resultado: al final todos hablaban del toro, pocos del matador.

El de Torrestrella fue un animal armónico de hechuras a pesar de sus cinco años, sus pitones acaramelados y esa mirada avisada de quien tiene el carné de viajero adornado con un buen puñado de sellos. Fue al caballo cuatro veces desde largo y con potencia, queriendo embestir. Se arrancó con franquía en banderillas y luego descargó con poderío un torrente de embestidas más cerca de la casta que de la bravura pero sin llegar al genio. Atesoró todas las virtudes que a un toro de lidia pueden pedírsele y le marcó el paso al torero a cada momento. Tanto que por el pitón izquierdo tan solo fue capaz de darle una serie de tres y el de pecho. La estocada al encuentro y por sorpresa, --pitonazo en el muslo incluido-- le valió una oreja que parece poco. El toro puso en conjunto ocho, el torero dos.

En ese momento remontó un festejo que estaba dejando poca historia, con un toro de Ana Romero de escaso recorrido ante el que Ferrera también se mostró desconfiado; un lote infumable para Serafín Marín, siempre perfecto dirigiendo la lidia y que se estrelló ante un toro escurrido de carnes de Juan Luis Fraile que se quedó en nada y otro viejales de Osborne que no se tenía en pie.

ÁLVAREZ, SIN SUERTE La mala fortuna del ejeano puso en su camino una mole de Guardiola Fantoni de 654 kilos que no cabía en el capote y de sobrero a un toro poquita cosa de Ana Romero frente al que tan solo pudo mostrarse voluntarioso. A veces, incluso, con más sitio que muchos que se visten de torero todos los domingos.

Donde sí había ambiente era en el callejón, en el que, a éste paso, habrá que ponerle patines a algún zascandil --como a las promotoras del Carrefur-- para que llegue a tiempo a dar todos los cabezazos anotados en su agenda.

Al finalizar el festejo, el jurado hizo públicos los premios instituidos y que quedaron de la siguiente manera: Trofeo Ripamilán al mejor toro: Infeliz, de Torrestrella, lidiado por Antonio Ferrera en cuarto lugar; Trofeo Antonio Labrador Pinturas al mejor lidiador: Antonio Ferrera; Trofeo Fernando Moreno al mejor picador: Dionisio Grilo, de la cuadrilla de Ferrera por su actuación en el cuarto toro de la tarde.

Por otra parte, en la corrida de ayer en Sevilla, con tres cuartos de plaza se lidiaron toros de Daniel Ruiz, de poco juego en conjunto destacando el quinto. Fueron precisos un sobrero de Parladé (1°) y otro de Montealto (3°). Sebastián Castella, silencio y ovación; Cayetano, ovación y silencio tras aviso y Daniel Luque, silencio y silencio.