LA VITRINA

AUTORA Cristina Grande

EDITORIAL Instituto de Estudios Altoaragoneses

PÁGINAS 50

Con la conclusión de cada año, y desde hace ya seis, el Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA) edita un libro de pequeño formato pero cuidada presentación con el relato de un autor aragonés, con la condición de que ese autor ha de tener relación con la provincia de Huesca. Carlos Castán, Nieus-Luzía Dueso, Ismael Grasa, Óscar Sipán y Joaquín Sánchez Vallés han sido los nombres que hasta ahora han aparecido en esta colección, apropiadamente titulada Letras del Año Nuevo. La autora de la entrega de este último año, Cristina Grande, nacida en la localidad monegrina de Lanaja, tampoco quiebra ese pie forzado del origen oscense.

No es casual hablar de pie forzado para referirse al relato que firma, La vitrina, ya que tiene como hilo conductor lo que cubre los pies, esto es, el calzado: la protagonista se decide a hacer una limpieza coincidiendo con la entrada del año nuevo, y va reencontrándose con numerosos pares de zapatos que, cual si de una magdalena proustiana se tratasen, le evocan recuerdos de una vida pasada, no demasiado feliz y, por lo que puede leerse a lo largo de sus páginas, bastante insulsa.

Cristina Grande alterna entre la tercera y la primera persona para internarse en la mente de esa mujer tan amante de los zapatos, de la que el lector va conociendo apasionantes momentos de su existencia, como cuando dice: "Ese verano no se pintó las uñas de ningún color"; momentos y recuerdos que van ligados --quizá sería mejor decir atados-- a diversos pares de zapatos que la protagonista medita si colocar en una vitrina como si fueran el muestrario de sus andanzas, aunque su destino final no se muestre demasiado claro.