--¿Qué hace ahora el Señor Barragán?

--Combino la publicidad, que es el oficio de José María Rubio con los shows del Señor Barragán, que ahora son pocos porque es la época de Belén Esteban, del corazón y el morbo. Pero como todo es cíclico espero que vuelva la época de los programas familiares y del humor sin muchas pretensiones. Mucha gente, a parte de mí, creo que lo está esperando. La gente tiene ahora más ganas de reír que nunca. Con la que está cayendo a todo el mundo le gusta pasar un ratillo bueno.

--¿Cree que el humor necesita más plataformas?

--Solo se hace lo que funciona. Aunque la gente dice que no ve los programas del corazón, lo hace, y realmente sacan el morbo que todos llevamos dentro. La parte mala de las personas es la morbosidad y ver a gente que lo está pasando peor que tú y que muestran sus penas, en el fondo, gusta. Ahora vemos Mira quien salta y luego veremos Mira quién va al váter. Ha llegado un momento que solo falta ver ejecuciones públicas y seguro que tendrían una audiencia increíble, que es lo que más importa y no lo que pueda educar y formar, ni tampoco que niños vean estas cosas. Luego decían que Barragán decía 'pirulilla' y que era un guarro, ¡por dios!, guarro es quien maltrata a los chavales.

--¿El espectáculo habla de estos tiempos difíciles?

--Hago un mix de monólogos y de chistes porque ni soy monologuista, ni soy puramente chistoso. Es una mezcla en la que Barragán es el protagonista. Hago un repaso a mi vida desde pequeñito a mayor, pasando por una serie de anécdotas que todo el mundo podrá entender porque les habrá pasado algo parecido. Juego con lo que la gente espera del Señor Barragán, hasta con su fama guarra, pero no solo con esa parte, hay algo más. Siendo solo un guarro no hubiera aguantado treinta años.

-- ¿Cómo le afecta la crisis al personaje?

--No la trato mucho, pero cuento cosas sobre ella. Barragán explica lo que le costó encontrar trabajo, por todos los sitios que tuvo que pasar, como La Voz, Mira quién baila, Tú si que vales, haciendo de todo ello un poco de parodia. Incluso hago magia, pero no me sale porque no pude pagar al mago para que me explicase el truco.

--¿Sigue siendo Barragán el mismo que en los años 80?

--La fama la tengo porque en los tiempos de la España profunda solo estaba TVE, todo el mundo veía el mismo canal y si uno decía 'pirulilla' la gente se escandalizaba. Yo sé que no puedes gustar a todo el mundo pero cogí fama de muy bruto y muy fuerte por la falta de costumbre. Ahora, seguramente, el señor Barragán sería la madre Teresa de Calcuta.

--¿Cómo consigue seguir haciendo reír al público después de tantos años?

--Creo que la clave reside en inventar un personaje. Un cuentachistes se pasa, un humorista se pasa pero Charlot siempre será Charlot y Cantinflas siempre será Cantinflas. Barragán me sobrevivirá. He creado un personaje sin querer y eso es lo que quedará.