CICLO Jazz Zaragoza

ARTISTA Christian Scott Quintet

LUGAR sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza

FECHA viernes, 12 de noviembre

ASISTENCIA 750 personas

Terminó Christian Scott su concierto del viernes con K.K.P.D., la pieza con la que abre Yesterday You Said Tomorrow, su disco más reciente, y nos dejó patidifusos. Era el colofón a un concierto que empezó frío, fue subiendo de temperatura según avanzaba, y concluyó abrasándonos. El remate a tanto calor lo puso un espléndido bis con el que Scott se despidió definitivamente.

Christian Scott es de Nueva Orleans, aún no ha cumplido los 30 años, y es, sin lugar a dudas, el auténtico sucesor de Miles Davis. Pero ojo: no entendamos heredero en el sentido de copiar al maestro, sino en clave de trazar un camino personal partiendo de un extraordinario legado. O sea, Scott conoce bien la obra de Davis y su técnica, toca la trompeta con algunos códigos del creador de Tutu, pero elabora su propuesta con lenguaje propio.

Y más: Christian no solo es un intérprete excepcional; es, además, un magnífico constructor de canciones y un líder muy poco egoísta que da mucha cancha a sus músicos y les dirige con sabiduría. Sus virtudes son gigantes, y sus defectos, menores y corregibles. Por ejemplo, tiene que dotar de más ritmo interno a los conciertos, y tocar más (aún es muy joven para seguir el método Davis de soplar sólo lo justo y dejar que los músicos hagan el resto). Pero hablábamos antes de la grandeza de sus virtudes. Pues anotemos cómo su oferta, partiendo de esquemas que ya han entrado en la categoría de clásicos, resulta vigorosamente moderna. Y podemos anotar esos toques magistrales en los que condensa toda la esencia del jazz. O la tensión, la colisión y la fuerza que imprime a unas composiciones singulares.

Scott estuvo acompañado por un grupo solventísimo y a su medida; Matthew Stevens (guitarra), Lawrence Fields (piano y teclado), Kristopher Funn (contrabajo) y Jamire Williams (batería). Este tipo, más aficionado en el vestir a las camisas grunge que a la elegancia de los músicos de jazz, tiene ante sí un carretón. Si no la pifia, claro. El pasado viernes, en la Multiusos, lo dejó más que clarito; tan prístino como quedó su compromiso con su música y con su gente.

La velada la abrió el pianista zaragozano Antonio Ballestín con su Bitácora Septet. Líder y grupo funcionan bien, tocan dignamente y salvan los muebles; pero fallan unas composiciones más planas que una pista de aterrizaje. Lo mejor de su actuación fueron un par de canciones que miran hacia las raíces locales: Jotica de agua y Cierzo. Uno, humildemente, le diría a Ballestín, que siga en esa línea. Meterse en camisas latinas, por ejemplo, sabiendo que hoy estará en la Multiusos Gonzalo Rubalcaba, y que día 20 tocará Chucho Valdés es un riesgo innecesario.