"Siempre me he preguntado por qué Velázquez eligió a Maribárbola para situarla en un lugar tan importante dentro de Las Meninas. Y de forma que, donde te coloques, sus ojos se dirigen a los tuyos". La escritora y periodista asturiana María Teresa Alvarez, autora de la serie documental televisiva Mujeres en la historia explica que de los personajes de Las Meninas fue la enana Maribárbola la que más le atrajo "por su misterio y su posición dentro del cuadro" Y que, al estudiar e investigar sobre ella, el sentimiento de intriga y el atractivo por el misterio "se transformó en un sentimiento entrañable".

Así surgió El secreto de Maribárbola (Editorial MR Novela Histórica, 330 páginas), el cuarto libro de esta autora, que esta semana presentó en la sala de de Ambito Cultural de El Corte Inglés, llevada por el personaje: "Hay un momento en que ella me dijo: ¿Por qué no soñamos juntas?".

Pero aquella Maribárbola que no quería verse reflejada en los espejos de palacio, que hubiera querido ser guapa, está muy lejos de representar en el libro (ni siquiera en el cuadro) un símbolo de un imperio en decadencia. Como en el lienzo velazqueño, tampoco en la novela de María Teresa Alvarez la enana es la figura principal.

"Los protagonistas son los miembros de una familia que yo invento, que viven en la segunda mitad del siglo XVII en Madrid. Los hago participar en acontecimientos históricos tratados con rigor: Carlos II y sus bodas, la Reina Cristina de Suecia en Roma, Juan José de Austria, el hijo natural de Felipe IV y la actriz La Calderona...".

LOS ENANOS, EN LA CORTE

El rey, por cierto, está muy lejos de aquel rey pasmado de Torrente Ballester. La propia Maribárbola explica en un momento de la narración que "Felipe IV escribía unas cartas maravillosas". Y la autora agrega que haber elegido a Velázquez ya avala su inteligencia: "Era un hombre culto, muy de su tiempo, profundamente religioso, a la vez que muy carnal: tenía mil amantes".

La novela indaga en el papel de los enanos en la Corte española, la última que los mantuvo. "Decían que daban suerte". Carlos II tenía 40 enanos cuando en las demás cortes europeas ya no los había. Podían actuar como bufones, aunque para ese papel ya había actores específicos. "La gente de palacio se comportaba con ellos de una forma que no se atrevían con otras personas. Ridiculizaban su deformidad, se reían de ellos. Y los enanos reían aquellas gracias pese a ser considerados a veces como animales".

Pero también entre los enanos los había muy listos que ocupaban cargos importantes. Como Nicolás Pertusa, el niñito de Las Meninas : "Llegó a ser ayuda de cámara. Hizo una fortuna y tenía criado". Otros enanos actuaron como confidentes, e incluso como espías. Hay un auto de fe de Ricci en la Plaza Mayor en el que aparecen junto al rey tres o cuatro enanos en puestos importantes.

La novela es intimista, con una gran carga emocional. Relata 15 años de amores, desamores, incestos, muertes... en aquella España grave, consciente ya de su Imperio en decadencia, pero atada a una religión que se imponía a la gente mediante el miedo. El secreto de Maribárbola va ya por la cuarta edición. "Cuando han leído la novela, los lectores que vean el cuadro ya no la verán igual", asegura la autora, que en sus libros indaga en la figura femenina, como en Ellas mismas o Mujeres que han hecho historia contra viento y marea .