El director de cine Ventura Pons recorre en su nueva película, Miss Dalí la historia del siglo XX a través de la particular familia del pintor Salvador Dalí, con un padre notario, autoritario y de fuerte carácter (Josep Maria Pou) y una paciente hermana (Eulàlia Ballart de joven y Anna Maria Sian Phillips, de anciana), con la que el artista estuvo cuarenta años sin tratarse.

La cinta narra la buena e intensa relación que mantuvieron los dos hermanos en sus primeros años hasta que, a raíz del lienzo El enigma del deseo, de 1929, el pintor escribiera en francés, A veces escupo por gusto sobre el retrato de mi madre (ya fallecida), provocando que su progenitor lo echara de casa y lo desheredara y mandara a la hija a estudiar a Cambridge (Reino Unido).

Los dos hermanos, hasta ese momento, con una estrecha relación, con amigos comunes como Federico García Lorca y Luís Buñuel (interpretado por Sergi Vallès), dejaron de verse y luego se agravó la situación por la presencia de Gala en la vida de Dalí, una mujer a quien Pons definió ayer como la «mala» de la película.

Acompañado por gran parte del elenco, el director barcelonés afirmó que de Salvador Dalí «se han hecho muchas cosas, pero de la familia, no».

Con la película, que se estrena el próximo viernes, Pons quiere mostrar «cómo se querían los dos hermanos cuando eran jóvenes, aunque, luego, viviendo en el mismo pueblo estuvieron cuarenta años sin dirigirse la palabra, con una persona por en medio -en referencia a Gala- que no lo propiciaba».

Sin embargo, el director, que conoció personalmente a Dalí, a quien en esta película da vida un convincente Joan Carrera, y a otras personas de su entorno, como Amanda Lear (Karme Màlaga) o Carlos Lozano (Víctor Espejo), sabe que el pintor le enviaba a su hermana regalos a escondidas, especialmente con motivo de santa Ana.