Antes de El Código Da Vinci de Dan Brown, un alemán ya se había convertido en superventas transformando las teorías esotéricas sobre el grial en novela. Fue Peter Berling, autor de éxito gracias a Los hijos del grial (1995), a la que siguieron Sangre de reyes, La corona del mundo, El cáliz negro y El Kelim de la princesa. Berling murió esta semana a los 83 años tras una vida en la que también fue actor (trabajó con Klaus Kinski y los directores Rainer Werner Fassbinder y Werner Herzog, entre otros), productor de cine, diseñador de su ropa, guía turístico y crítico gastronómico, con giros dignos de una película: fue miembro de las juventudes hitlerianas, pero al regresar su padre de un campo de prisioneros le reveló que su madre era judía. Eso le causó un trauma que le hizo viajar a Israel… donde acabó convertido en militante propalestino.