Con el ambiente prebélico que se extiende por Estados Unidos, era lógico que el análisis político se despertara en el hombre que en 1968 retrató en Los ejércitos de la noche la protesta por la guerra de Vietnam. "No importa lo que pase en Irak, no importa si tienen armas nucleares, si están preparados para una guerra química; no son un peligro pero están en una emplazamiento que necesitamos militarmente", reflexionaba recientemente Mailer, haciendo coincidir por una vez sus tesis con las de uno de sus rivales habituales, Gore Vidal.Aunque advierte que no piensa escribir una novela sobre el tema, Mailer es categórico en sus críticas a Bush, a quien comparó con "un narcotraficante", aseguró."El 11-S fue el ábrete sésamo

hacia el imperio. A Bush no le importa si las cosas salen bien o mal en Irak. Si salen bien puede empezar a pensar en el próximo paso. Si salen mal, sigue siendo bueno para él. ¿Quién va a estar en su contra cuando llore las muertes de nuestros jóvenes?", se preguntó."De cualquier forma --continuó-- no tendrá que enfrentarse a los problemas crecientes de la economía americana y a los escándalos surgidos con la crisis por la creencia en dos enormes sistemas: el liderazgo corporativo y el clero".