Las previsiones ya lo anunciaban y al final se han cumplido. El Salón del cómic cerró anoche sus puertas en la sala Multiusos y lo hizo superando las cifras del año pasado con más de 12.000 entradas vendidas y la asistencia de 22.000 personas.

El balance es «muy positivo», sobre todo porque se ha incrementado «la participación» en las actividades, según reconocieron desde la organización. La asistencia estaba asegurada, pero además han sido un éxito las charlas en las salas Mortadelo y Filemón, los talleres, los concursos, los cuentacuentos y las clases magistrales, la mayoría «con aforo completo». El de los estands también positivo porque «han aumentado cifras» de ventas.

Un aspecto destacado ha sido la presencia de adolescentes (de 12 a 18 años), que «queremos potenciar» como opción de «ocio sano», ya que es una «franja difícil para ofertar actividades y han estado aquí todo el fin de semana».

Las firmas han sido uno de los grandes atractivos. Los fans soportaron largas filas para conseguir una dedicatoria de Nob y Soruya, dos de las apuestas internacionales. Pero también de la oferta local. Altarriba, Calpurnio, Luis Royo o Bernal, que, por la mañana, no pudo atender a todos los que esperaban; y por la tarde, porque se agotaron los ejemplares de Juan sin móvil. Y Teresa Perales, que estuvo presentando su exposición y dedicando el cómic del que es protagonista.

El Salón zaragozano lleva muchos años siendo un éxito total. «No hay aspiraciones, ya que no se busca un mayor escenario. Todos estamos satisfechos y lo que funciona no necesita cambios», insisten desde la organización. En lo que sí se quiere hacer hincapié es en que diciembre se convierta en el mes del cómic; y en que Zaragoza sea la ciudad del tebeo porque ya ha logrado «público, la colaboración del sector y el apoyo institucional». Ayer se presentó el l Congreso Internacional e Interdisciplinar sobre estudios relacionados con el Cómic de la Universidad de Zaragoza, que será en abril. El camino está sembrado.