- Luis Feito regresa a Zaragoza por la puerta grande, la del Palacio de Sástago, con una exposición, la primera desde la retrospectiva que ofreció el Reina Sofía en 2002, resumen de todo lo que ha vivido a lo largo de más de 70 años de profesión: sangre, pasión y amor.

Según ha explicado Feito a los medios durante la presentación de esta muestra, que se inaugura esta tarde y se podrá contemplar hasta el 3 de junio, estos últimos 10-15 años han sido los "más importantes" de su andadura "por este camino terrible y maravilloso que es la pintura".

El objetivo de Feito (Madrid 1929) era poder dar a conocer este trabajo "antes de que me fuera", ya que, como ha confesado, los artistas no pintan para ellos mismos, sino que "lo más importante" es "cuando los enseñas (los cuadros), los ven, se separan de ti y andan por el mundo solos".

"Me están juzgando por hace 10-20 años pero no por lo que sido los últimos años", ha lamentado este pintor, germen del mítico grupo El Paso junto a Antonio Saura, el primero, ha dicho, "que me habló de organizar todo el tinglado" y amigo de Manuel Viola, a quien le debe, ha rememorado, "algunas buenas noches de flamenco".

Ha expuesto en París, Madrid, Nueva York, Japón o Montreal y cuenta entre sus reconocimientos con el Premio David Bright de la XXX Bienal de Venecia, la distinción de Oficial y de Comendador de las Artes y las Letras de Francia y la Medalla de Oro de Bellas Artes 1998.

Como ha recordado la diputada de Cultura de la Diputación de Zaragoza, Cristina Palacín, fue junto a Saura, uno de los artífices de impulsar la modernización artística en España y cuenta con una obra "inabarcable" y "rica, que no se repite".

Y, según ha reconocido el propio Feito, no se repite porque no pinta con un proyecto sino que "cada día el trabajo es nuevo", pero porque también lo hace "con talento", el cual -ha advertido- "sin trabajo no sirve para nada", y con "una gran capacidad de esfuerzo, de renuncia a muchas cosas".

Para Feito "lo importante no es llegar, el camino es lo importante" porque "este oficio, sin evolución, sin una trayectoria, no vale. Lo apasionante de este oficio es ir conquistando nuevas etapas".

Y ahora, "al final", ha confesado, lo que quieren los artistas es "que nos quieran".

Es lo que busca con esta exposición, que ha "llevado mucho trabajo" y que ha sido posible gracias al trabajo de su secretario y comisario de la muestra, Antonio Cátedra, y al responsable de Cultura de la DPZ, Ricardo Centelles, "que nos ha vuelto locos", y que han conseguido "una exposición genial. La mejor que me han hecho nunca", ha dicho.

Sesenta años después de la muestra colectiva del grupo El Paso que se exhibió en este mismo espacio, Feito regresa con una obra pictórica "resumen de todo lo que he vivido, que ha sido mucho" y con la que ha tratado de transmitir lo que uno vive y siente y "lo que nos une en este nivel más elevado: nuestra vida espiritual".

En total, la muestra exhibe setenta pinturas acrílicas y óleo sobre lienzo y 45 dibujos sobre cartulina en acrílico, tinta china y roja, entre los que se pueden contemplar los bocetos que realizó para un mural por encargo del Ministerio de Cultura para el Monasterio de El Paular, en el municipio madrileño de Rascafría.

Otras, realizadas entre 2006 y 2008, son obras en las que a veces atravesadas por una barra central, negra y levemente diagonal, que desaparece en lienzos posteriores, se solapan haces, rayos, estallidos y desprendimientos rojos y morados, símbolo -como ha resumido el comisario- del amor, la pasión y la sangre.