Luis Zamora Pueyo, de 35 años, partió de su Huesca natal para "contar historias y meterse cada día en la piel de un montón de personajes diferentes". La historia se repite. La oveja Shaun deja su granja para adentrarse en la gran ciudad y buscar a su granjero. Parecerá una comparación sin sentido antes de saber que Shaun, Pocoyó y Bello, Mina, Rita, Goomo y Ongo, personajes de la serie infantil de animación 3D Jelly Jamm, son algunos de los personajes a los que ha dado vida este oscense, afincado en Bristol, junto con su equipo.

"Siempre me gustó la animación, desde pequeño, así que me fui a estudiar Bellas Artes a Valencia, que allí había un par de asignaturas de animación", explica Luis Zamora. Después se fue de Erasmus a Inglaterra "para seguir mejorando". Allí hizo un cortometraje y gracias a él consiguió entrar en el Royal College of Art de Londres para estudiar un master de animación, donde vivió ocho años. Al acabar el proyecto volvió a Madrid para trabajar en Pocoyó y en otra serie española titulada Jerry Jam.

Ahora trabaja en la plantilla de los estudios Aardman Animations y se encuentra trabajando como "storyboard artist" en la película de animación Early Man, que tiene su estreno previsto para 2018, tras terminar la misma labor en la cinta La oveja Shaun, el que ha supuesto su primer largometraje.

En realidad, su misión como "storyboard artist" es "pasar el guion a imágenes". Este proceso lleva implícito "pensar el punto de vista", y como la historia se "puede contar de mil maneras diferentes", tienen que buscar la manera "más adecuada" de narrarla y de "transmitir" las emociones de las personaje al espectador a través de sus dibujos.

Proyectos independientes

Sin embargo, aunque reconoce que siempre quiso dedicarse a la animación comercial, tiene claro que va a tener trabajar "para ideas de otros que, quieras o no, siempre van a ser ideas de otros". Por ello, este oscense ha desarrollado sus propios proyectos de cortometraje compuestos por DanielIs Journey, About Sofia, My Grandmother y The Family. De hecho, asegura que es de lo que se siente "más orgulloso" porque "cuando haces tu propio proyecto personal eres tú, es tu forma de contar, es tu forma de dibujar y de animar", a diferencia del "producto comercial", en el que "eres parte de una cadena".

En sus cortometrajes saca a la luz "un estilo de historias más cercanas a la imagen real y más dramáticas que funcionan dentro del circuito independiente pero cuya salida comercial es casi nula", indicó Luis Zamora.

"Cuando yo empecé la gran referencia era Disney, quizá no en el tipo de historias pero sí en la animación, sobre todo la 2D". Más adelante ha añadido a sus referentes al japonés Hayao Miyazaki, director de El viaje de Chihiro, a Brad Bird de Los Increíbles y a Nick Park de Wallace y Gromit, "una de las grandes figuras de la animación mundial", con el que el oscense está trabajando en la nueva película codo con codo.

Industria creciente

En España, la industria de la animación está creciendo pero Zamora reconoce que a veces se sentía "un bicho raro" porque "en ocasiones el trabajo no se entendía". Sin embargo, "en el extranjero está muy valorado el trabajo creativo y se ve que hay una industria que mueve muchísimo dinero, gente y producción", de hecho, junto con él trabajan siete españoles, aunque señaló que él no se mudó a Inglaterra por "necesidad", sino por "el nivel del proyecto".

En Huesca conserva su familia y regresa cuando puede. De hecho, hace un par de años impartió, dentro del marco del Festival de Cine de Huesca, cursos y talleres. "Siempre que puedo intento ayudar porque a mí me hubiera encantado que me explicaran cómo son las cosas fuera cuando empecé". Sin embargo, el trabajo de animador conlleva "la dificultad añadida" de que "tienes que desplazarte allí donde esté el proyecto", aunque es una manera "de crecer". Como objetivo de futuro, conserva el deseo de desarrollar su "propio proyecto".