Las cuentas del Gobierno vasco para el 2004 están pendientes de la actitud que adopten mañana los herederos de Batasuna. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) reiteró ayer que no pactará con Sozialista Abertzaleak (SA) mientras no se desmarque de la violencia. Este rechazo a la negociación ofertada por el grupo de Otegi deja al Ejecutivo de Ibarretxe a la espera de lo que decida SA o de acontecimientos singulares, como el del pasado año, cuando se aprobó el presupuesto porque Jaime Mayor Oreja llegó tarde a la votación y Otegi no asistió al pleno por enfermedad.

La minoría de Ibarretxe será mañana más holgada que de costumbre. Y es que, a pesar de que, en principio, sólo dispone de 36 apoyos frente a los 39 que suma la oposición, en este importante pleno la distancia se recorta a un 36-37, porque uno de los parlamentarios de SA, José Antonio Urruticoetxea, Josu Ternera , sigue huido y el popular Carlos Iturgaiz cumple el mes de suspensión como parlamentario por haber manipulado el sistema de votación de Mayor cuando éste estaba ausente de la Cámara.

MEJOR PERDER QUE NEGOCIAR Ibarretxe ha trasladado a sus socios de Gobierno su disposición a perder incluso la votación de presupuestos antes que admitir una negociación formal con SA.

Los acuerdos "puntuales" que han unido al tripartito con Batasuna en asuntos como el marco vasco de relaciones laborales o la ley de universidades han justificado la protesta del PP y PSE, que acusan al lendakari de "traicionar" su promesa de "no gobernar ni directa ni indirectamente" mediante acuerdos con la formación ilegalizada.

Fuentes del Gobierno de Ibarretxe apuntaron que son los populares y los socialistas los que quieren contar con Batasuna para lograr que las cuentas sean devueltas al Gobierno. "Ilegalizadores e ilegalizados se unen para destruir", manifestaron.

El PSE no presentó ni una sola enmienda parcial a las cuentas y adelantó que no las apoyaría porque están orientadas a "reforzar" la política de Ibarretxe. Los populares retiraron todas sus enmiendas (más de 600) para que no se visualizara siquiera la posibilidad de acercamientos concretos con el Gobierno. Sólo SA se declaró dispuesta a dar apoyo a las cuentas si mediaba acuerdo.

Sozialista Abertzaleak ofrece su apoyo al tripartito a cambio de incorporar al proyecto de presupuestos varias enmiendas parciales para mejorar la financiación de las ikastolas , los programas de fomento del euskera o diferentes iniciativas de carácter social. PNV, EA y EB/IU rechazan esta oferta y votarán en contra de dichas enmiendas con el argumento de que resulta inviable cualquier tipo de acuerdo con el grupo aberzale mientras no se desmarque de la banda terrorista.

"Hablar, hablamos con todo el mundo, pero para negociar con Batasuna se tiene que separar de ETA", dijo el portavoz parlamentario del PNV, José Antonio Rubalcaba. En la misma línea habló el de EA, Rafael Larreina.

SA conoce esta realidad, pero aún no ha hecho público qué postura adoptará. Su decisión será clave para el futuro de las cuentas: si sus parlamentarios se abstienen o votan a favor del proyecto --esta última opción parece descartada--, los presupuestos serán aprobados; si votan en contra, junto a populares y socialistas, serán devueltos y el Gobierno vasco se verá en la obligación de utilizar el mecanismo de la prórroga.

Lo que el Ejecutivo quiere evitar es que SA opte por la fórmula del 2001, cuando propició que el Constitucional fallara contra las cuentas del 2002. La prórroga no generaría excesivos problemas de gestión, ya que Vitoria dispone de suficientes mecanismos financieros para llevar adelante sus programas e inversiones más importantes.