Los mandos policiales ordenaron a la unidad de los GEO (Grupos Especiales de Operación) que intervino el pasado sábado en Leganés para capturar a los terroristas atrincherados en una vivienda que no corrieran ningún riesgo. "Tienen explosivos y están dispuestos a inmolarse", les dijeron. "Riesgo cero, riesgo cero", fue la orden. Sin embargo, dos agentes de esta unidad de élite no identificados declararon el miércoles a la Cadena SER que la operación fue "precipitada y de alto riesgo".

Los geo llegaron una hora y media después de que los terroristas comenzaran a disparar a los agentes de la brigada de Información. Un comisario y un inspector jefe de esa unidad fueron los encargados de planificar el operativo y distribuir a su hombres en el edificio.

"MEMECES" No obstante, los dos geos que han denunciado el supuesto malestar de sus compañeros aseguraron que los jefes de su unidad recomendaron esperar y agotar a los terroristas antes de entrar al edificio. Eran partidarios de sellar el piso, cortar la luz, trabajar con un traductor y ganar tiempo para intervenir por sorpresa.

Esas acusaciones fueron calificadas de "memeces" en la Dirección General de la Policía. "Dicen que pidieron un traductor, y eso no es cierto, porque los terroristas hablaban perfectamente el castellano", apostilló un mando policial "El jefe de la unidad lo tenía todo perfectamente organizado y gracias a su trabajo se han salvado muchas vidas".

Los mandos policiales se preguntan qué hay detrás de esa denuncia y recordaron que, aunque el subdirector de la Policía, Pedro Díaz Pintado es su jefe en el escalafón, quien manda es su jefe operativo, un miembro de los GEO.

EN FILA INDIA Los 14 geo que intervinieron en Leganés se distribuyeron en fila india, pegados a la pared, junto a la puerta de la vivienda. Tras intentar convencer a los terroristas de que salieran, el agente situado junto a la puerta recibió la orden del subinspector Javier Torronteras, que murió en la operación, de derribar la puerta con explosivos.

Una vez derribada, lanzaron dos bombas lacrimógenas. Torronteras ordenó que se colocaran las máscaras y sustituyó al agente que estaba en primera línea y se encargó de aguantar el escudo. Tres minutos y 48 segundos después, uno de los terroristas se inmoló en el rellano.

Compañeros de Torronteras insisten en que éste se abalanzó sobre el suicida con el escudo, lo que mermó el impacto que recibieron el resto de policías, y que tuvo "mala fortuna" porque se le rompió la vena femoral, lo que le provocó la muerte.