Ganó Lewis Hamilton en Estados Unidos, tierra fértil para el inglés, país en el que iguala el tope de cinco victorias de Michael Schumacher y Ayrton Senna; ganó el británico, pero no perdió Nico Rosberg, que con su segunda posición mantiene como válidas sus cuentas para proclamarse campeón del mundo en el campeonato de Fórmula 1 del 2016. Tres segundos puestos en las tres carreras restantes le valen al alemán. Y no ganaron los españoles, pero como un triunfo debe valorarse su brillante actuación en Austin, con un apasionante duelo en la última vuelta del que Fernando Alonso salió con la quinta plaza (igualando su mejor puesto en McLaren) y Carlos Sainz, con la sexta (también su tope en F-1).

Hace un año, Hamilton adelantó bruscamente a Rosberg en la primera curva y se proclamó campeón; el alemán no solo no le devolvió la jugada, sino que vio cómo Daniel Ricciardo le colaba el Red Bull en esa primera esquina. Y aunque a prori los Mercedes llevaban mejor estrategia por tener ruedas más duras, los Red Bull le dieron la vuelta a la situación con una pronta entrada a boxes que obligó a todos a cambiar el guion y entrar para protegerse.

Cuando Vettel, el último en hacerlo, salió de talleres, Hamilton tenía un sólido liderato, mientras que Rosberg era tercero y sufría el acoso de Max Verstappen, que le llegó a tener a tiro. El holandés no hizo caso a los consejos de su ingeniero de tomárselo con calma («¡No estoy pensando en acabar cuarto», gritó por radio visiblemente alterado) y acabó sin gomas. Después entró en boxes sin avisar (por segunda vez este año), con lo que perdió muchas opciones. Las que le quedaban se le esfumaron por una avería que de rebote perjudicó a Ricciardo, que acababa de entar en boxes. El joven piloto se empeñó en mantenerse en pista y forzó un safety car virtual que aprovechó Rosberg para hacer una parada gratuita, sin pérdida de tiempo, que le dio la segunda plaza.

Los españoles, mientras tanto, completaban una carrera inmaculada, sin fallos, aprovechando los abandonos que se iban produciendo (el último, el de Kimi Raikkonen), para ir ganando posiciones en la clasificación. En el tramo final, Felipe Massa hacía peligrar la quinta plaza de Sainz, pero por detrás llegó Alonso, que rebasó a su excompañero en la curva 1 (se llegaron a tocar) y en la última vuelta le arrebató a Sainz la quinta plaza al grito de «¡Yeeeeeha!».