Katherine Woodward Thomas es una de tantas psicoterapeutas y entrenadoras emocionales que, en cómodos pasos, enseñan a sus clientes tanto a «despertar al milagro del amor», cuando buscan una relación, y a «deshacerse de los residuos tóxicos emocionales del cónyuge», cuando lo que toca es separarse. Lo que en el ramo distingue a Woodward Thomas es que ejerce de divorciadora en jefe de Hollywood desde que pilotó la separación de Gwyneth Paltrow y Chris Martin -ella, por cierto, no le llama divorcio, sino «desconexión consciente de la pareja»- y que en su cartera de clientas premium tiene a la cantante Alanis Morissette y a la periodista Maria Shriver, que la incluye en una terna de personajes inspiradores que ella llama «arquitectos del cambio».

Cabe decir que la fórmula de esta terapeuta sentó estupendamente a Gwyneth Paltrow, que tras su desconexión siguió a lo suyo: brindando consejos locos y ultrapijos como lavados vaginales con vapor o batidos matutinos de 200 euros. Sin embargo, su ex, Chris Martin, confesó tiempo después que la gurú de los divorcios no le había evitado pasar «un año deprimido».