A sus 23 años, el sevillano Jaime Álvarez se estrenó en la pasarela 080 con ganas «de reinterpretar la sastrería masculina». El joven opta con su colección Make America Great Again al premio al mejor diseñador emergente al frente de la marca Mans Concept Menswear. «Lo mío es sastrería reinventada», explicó. Con música de Madonna e imágenes de Donald Trump y de Barak Obama, sus chicos mostraron prendas bien ejecutadas con patrones que acortaban por ejemplo las camisas para mostrar el ombligo, o las alargaban, y piezas que mostraban una falsa botonadura por la espalda. También se vieron trajes pijama.

También opta al premio a mejor diseñador emergente Javier Girón, que presentó su segunda colección para hombre al frente de la firma Jnoring. Este colombiano tituló su colección A White Caracal como referente «de la fusión del desierto árabe y los inuits, del calor y el frío». Y eso se tradujo en un colección urbana y comerial.

La parte femenina la abrió el veterano Oscar Leon, con una colección donde los tejidos técnicos se mezclan con camisetas de algodón con efecto envejecido que vuelve a pintar a mano. Le siguió Txell Miras con su Akelarre, título de su colección. Y Miriam Ponsa puso el punto político al utilizar el color amarillo.

La jornada de ayer del 080, que cerró Sweet Matitos, fue también la del desfile del diseñador Albert Villagrasa para Antonio Miró. La tituló Trekking y en ella desfiló la nadadora Ona Carbonell y una pareja muy aplaudida, la que forman los modelos Rocío Crusset y Juan Betancourt. Una colección muy comercial que remitió a los colores del bosque en otoño.

La nota más colorida la puso el desfile de Krizia Robustella, que con la ilustradora Susana López y usando la técnica del tamprantojo, creó efectos casi de cómic en la ropa.