No será por sus dotes conciliadoras por las que Donald Trump pase a la historia. Una vez más desde Twitter, el presidente de EEUU anunció ayer su disposición a permitir la venta de «equipos militares altamente sofisticados» a Japón y Corea del Sur, los vecinos más directamente amenazados por la escalada belicista, ensayo nuclear incluido, de Corea del Norte. Más leña al fuego en una región altamente inflamable.

Merece la pena plantearse el regreso de las armas nucleares a Seúl, juzgó asimismo ayer el Ministerio de Defensa surcoreano. Fue rápidamente corregido por el presidente y ningún experto lo ve factible hoy. Pero la mención rompe un tabú que había resistido todas las crisis cíclicas de las últimas décadas e indica el punto de ebullición de la actual.

Seúl acumulaba un centenar de armas nucleares estadounidenses cuando en 1991 firmó un acuerdo con Washington para que se las llevara a cambio del compromiso de defensa aún vigente. Las dos Coreas firmaron meses después el histórico tratado para desnuclearizar la península que ambas se acusan de haber roto. Las violaciones norcoreanas son flagrantes. Seúl lo viola al permanecer bajo el paraguas militar de EEUU y sus armas nucleares, interpreta Pionyang.

BUSCANDO EL EMPATE

Las escaladas de tensión reavivan el debate en Corea del Sur. Los conservadores se preguntan por qué siguen honrando un acuerdo que Pionyang ignora olímpicamente y el mensaje cala. Una encuesta revelaba en agosto que el 68% de los surcoreanos apoyaban el regreso de las armas atómicas. Un editorial del influyente diario Dong-a Ilbo señalaba esta semana que Corea del Sur no puede fiarlo todo a la defensa estadounidense y urgía empatar la disuasión nuclear del norte. Los bombarderos de EEUU parten de Guam y las dos horas que necesitan para alcanzar la península se antojan muy largas en caso de urgencia.

No es probable que las armas nucleares lleguen con el Gobierno de Moon Jae-in, terco defensor del diálogo. No solo se arrasaría cualquier esperanza de que el norte renunciara a las suyas sino que se multiplicaría el riesgo de accidentes.

TUITS HUMILLANTES

Moon lidia con las amenazas norcoreanas y sus acusaciones de «arrodillarse» ante Washington, los humillantes tuits de Trump vaticinando el fracaso de su política de apaciguamiento y una popularidad menguante por la percepción de blando. El contexto le empuja al equilibrismo. El lunes aceptó completar el escudo antimisiles estadounidense THAAD que se había propuesto desmantelar, ayer obtuvo permiso de EEUU para aumentar el peso y alcance de sus misiles y ha ordenado febriles maniobras militares.

Las imágenes de satélites sugieren tropelías norcoreanas inminentes. El diario surcoreano Asia Business Daily asegura que el lunes se detectó lo que parece un misil intercontinental transportado en una lanzadera. Este sábado se cumplen 69 años de la fundación del país y es tradición aliñar los aniversarios con desafíos al mundo.