En unas zonas peirones o pairones, en otras humilladeros, y también pilares o pilones. Son varias denominaciones que hacen referencia auna cosa, esa especie de monolitos que adornan la entradas y salidas de muchos pueblos. Algunos les atribuyen origen remoto, pero han llegado hasta la actualidad como advocación a algún santo o virgen cristianos, que figuran en lo alto de los mismos, y con un sentido de protección a los caminantes, o bien a las poblaciones por estar situados a la entrada y salida de las mismas.

En Purujosa se denominan pilones, y se han conocido tres, aunque solo ha llegado hasta hoy en día el Pilón de la Virgen de la Leche, enclavado en la intersección de los barrancos de La Virgen y de Cuartón, a la orilla del sendero de Tarazona, principal vía de comunicación antes de la llegada de la carretera. Ni los más viejos del lugar recordaban su estado original y su situación actual era lamentable ya que le faltaba la coronación del pilar y la imagen.

Pero de lo que sí se acuerdan los más mayores es que, antes de la construcción de la carretera, cuando los mozos partían del pueblo para hacer el servicio militar se colocaba una vela en el Pilón de la Virgen de la Leche.

Había que rescatarlo del olvido, aunque no era tarea fácil debido a su difícil acceso para todo tipo de vehículos. Pero treinta vecinos voluntariosos se atrevieron con la labor restauradora. Al no contar tampoco con caballerías en el pueblo, hubo que bajar todo el material y andamios con carretillos y al hombro de los vecinos. Pero el esfuerzo mereció la pena por la belleza que ofrece la obra una vez completada. En lugar de escultura se colocó un mural de cerámica que representa la imagen lactante de la virgen de la Gruta de Greccio, en Italia; y una placa metálica con el nombre del pilón. Se terminó la coronación piramidal del pilar y se culminó con una robusta cruz metálica.

Con esta voluntariosa acción se ha recuperado el patrimonio histórico-artístico de Purujosa, y los nuevos caminantes que transitan por el antiguo camino de Tarazona, actual GR-90, pueden solicitar la protección del Pilón de la Virgen de la Leche para atravesar los barrancos y collados del macizo del Moncayo. Es de destacar que puede ser uno de los peirones más monumentales de Aragón, dadas sus dimensiones de 120 cm. de lado, y una altura de 3,5 metros, que con la gran piedra que sirve de pedestal alcanza los 5 metros.