Paolo Quinteros tocó el frío metal, lo besó y miró al cielo. No era un sueño. De su cuello colgaba una medalla de bronce, un podio olímpico que colmó de alegría al escolta del CAI. Muchas veces se quedó al borde de ir a la selección y en esta ocasión, tras un maratoniano verano de evaluación, ha entrado por la puerta grande. Su actuación, ayer, en la final de consolación ante Lituania fue clave para que la albiceleste derrotase a Lituania (75-87) y se encaramara al lado de Estados Unidos y España en el podio del Wukesong. "Estoy muy contento. Esto es increíble. Mi sueño era llegar a este momento. Lo conseguimos con mucho trabajo y sufrimiento. Sabíamos que teníamos que buscarlos arriba y no dejarles jugar", expresó el entrerriano.

Tras una presencia residual en la fase de grupos y en cuartos, la lesión en semifinales de Manu Ginóbili aupó a Quinteros al tercer puesto de la rotación exterior de Sergio Hernández. Si ante EEUU aportó doce puntos (su tope), ayer, con once, fue el escudero perfecto de Delfino (20 puntos) y Nocioni (14). Cuando salió (27-26, min. 14), encadenó tres triples en la racha de seis con la que Argentina decantó la medalla a su favor (31-44). Su actuación fue elogiada por Ginóbili, Nocioni y Oberto. "Quinteros ha demostrado por qué está aquí. Es un tirador letal y eso abrió el juego para los interiores", manifestó Oberto. Nadie habla ya de poca estatura y la posible renuncia de Ginóbili a la selección, impuesta por los Spurs, le abre las puertas de futuras citas.

DIEZ DUAS DE DESCANSO Quinteros viajará mañana con el resto de la selección hasta Argentina. El deseo del jugador, que casi no ha parado desde el ascenso, es tener unos diez días de descanso antes de incorporarse al CAI. "Ha paseado el nombre del CAI por todo el mundo. Es un día muy feliz para todo el caísmo", expresó ayer Reynaldo Benito, presidente del CAI, que felicitó además a la selección española por la plata.