Tras el batacazo que el jueves se llevaron las bolsas de todo el mundo, los problemas financieros de Grecia, Portugal y España han dejado de ser la estrella de la crónica financiera internacional. Ahora lo que preocupa es la suerte del euro, que muchos analistas creen que se vería durísimamente afectado no solo por la eventual suspensión de pagos por parte de alguno de los países citados, sino incluso por la mera consolidación del temor de que eso pueda ocurrir. Ese fantasma ya ronda por los mercados y es lo que explica el pánico que, por momentos, ha mandado en las bolsas.

Quien más gráficamente ha expresado esos temores ha sido un periódico alemán, el Suddeustche Zeitung, que si por algo se caracteriza es por no ser alarmista: "La situación actual recuerda lo que pasó con Lehman Brothers, cuya bancarrota llevó al mundo a una crisis que seguimos sufriendo. Pero aunque el modo en que nacen las crisis puede ser similar, no debería serlo la vía que se escoge para hacerles frente. Los gobiernos de la Unión Europea no deberían imitar al George Bush que dejó caer a Lehman, pues eso sería jugar a la ruleta rusa. Si Grecia cae, probablemente caerán también España, Portugal e Irlanda".

"La Unión Monetaria en peligro. El euro está siendo atacado", proclamaba el título de apertura de Le Monde del viernes, cuyo editorial decía: "A priori, Jean-Claude Trichet está en lo cierto: objetivamente no hay razón alguna para que los mercados ataquen tan duramente a Grecia, haciendo como si creyeran que no va a ser capaz de pagar sus deudas. Pero el problema es que los mercados, estimulados por la superabundancia de liquidez, están nerviosos y se dedican a tantear los eslabones débiles y no dudan en especular sobre las dificultades futuras de los estados, agravándolas e incluso provocándolas. Tras Grecia, España y Portugal sufren esa misma suerte".

"Desgraciadamente --añade Le Monde-- esos argumentos, por justificados que estén, carecen de valor y la Unión Europea no puede ser exonerada de sus responsabilidades. Ante todo porque Atenas ha mentido. A Europa y a los mercados. Pero que Europa no haya visto nada o no haya querido ver nada es inquietante. Lo mismo vale para España y para Portugal. El Banco Central Europeo ha cerrado durante demasiado tiempo los ojos ante las debilidades estructurales de esas economías. Y puede que no inocentemente. Porque reconocerlas habría hecho más difícil la defensa de un euro fuerte. A falta de un mejor gobierno de la zona euro, Europa se expone a un inquietante cada uno por su cuenta de consecuencias temibles".

La preocupación ha llegado también a los periódicos norteamericanos, que el viernes confirmaban, con no poca sorpresa, cómo, por primera vez en mucho tiempo, los problemas europeos provocaban pérdidas en Wall Street, cuando hasta ahora había ocurrido lo contrario. "Las secuelas bursátiles de los problemas financieros de las tambaleantes economías del sur de Europa pueden plantear nuevas dificultades a la recuperación norteamericana", ha dicho The Washington Post.

"La caída de las bolsas subraya la gravedad de los desafíos a los que se enfrenta el euro a medida que países como Grecia, Portugal y España se hunden en las deudas", ha escrito el Wall Street Journal. "Los problemas de las economías más débiles de Europa plantean la cuestión de la naturaleza del euro, pues los países comparten una moneda pero no las políticas financieras".

Para terminar, dos citas de The New York Times. "Los temores de los inversores por Europa pueden causar una caída global. La pregunta es si el euro puede terminar disolviéndose", ha escrito Javier C. Hernández. Floyd Norris se pregunta sobre los eventuales planes de salvamento europeos: "Muchos alemanes occidentales se quejaron de los costes de la reunificación. ¿Qué dirán si tienen que subsidiar a los griegos o a los portugueses?".