Los vecinos de los pueblos aguas arriba del Ebro (Novillas, Boquiñeni, Pradilla...) están que echan las muelas por los destrozos ocasionados por la avenida del río que, a pesar de tener menos caudal que la crecida del 2003 está ocasionando más problemas que hace 12 años. Culpan de los daños a la falta de previsión por parte de las autoridades regionales, y en especial a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), a la que acusan de haber dado cálculos erróneos para hacer frente a la riada. El presidente de la CHE, Xavier de Pedro, afirma por su parte que se venía avisando desde hace tiempo que el nivel estaría cerca de los 8 metros, mientras que la presidenta de la DGA, Luisa Fernanda Rudi, hablaba de un "comportamiento extraño" por parte del río. Sea lo que sea, lo cierto es que hasta la fecha más de 1.500 vecinos han tenido que de-