Regresa a Zaragoza la alucinante exposición fotográfica de Andrés Ferrer inspirada en la Tierra de Fuego. "Austral": una veintena de milagrosas fotografías, emulsionadas con técnicas arcaicas, que ha dado la vuelta a América. En Zaragoza no se podrán ver, pero las disfruto en el taller del artista, recién devueltas de La Habana. Ferrer, en su viaje vertical por el cono sur, ha penetrado en la esencia misma de la Patagonia, sus glaciares, sus tenebrosas marismas, los infinitos páramos, las desoladas haciendas. Fotografías que hablan de la indiferencia y la magnitud de la naturaleza con un lenguaje bello y nostálgico, el idioma del arte en estado puro. Un genio.

Otra joven creadora, también rozada por el ala del ángel, Chus Marchador, acaba de irrumpir en el escenario de la fotografía artística. Sus poderosas imágenes de camerinos y modelos yacen ancladas en una suerte de expresionismo pictórico, pero el juego de perspectivas y el pálido metalismo de los sutiles colores les confiere resonancia y vida, un alma cinética, mórbida, por la que se amplifican ecos estéticos y eróticos.

Otro talento consagrado, Antonio Postigo, expone en Fuendetodos una selección de sus contribuciones al periodismo gráfico. Junto a los originales, el artista ha colgado bocetos y pruebas, a fin de introducir al espectador en el proceso artesanal de sus calendarios, caricaturas y tiras. A lo largo de estos años, Postigo no ha cesado de crecer; hoy es uno de los máximos especialistas del país. La muestra fue inaugurada por el alcalde Joaquín Gimeno, cuya indesmayable labor en la promoción del universo goyesco viene reportando valiosos frutos a la comunidad. Mientras las instituciones, desde los fastos de la última efemérides, duermen el sueño de la razón, esta modesta y ejemplar Alcaldía mantiene prendidas las velas del sombrero de Goya.

Otro monstruo: Miguel Angel Lamata. El versátil director aragonés copa varios premios en el Festival de Jóvenes Realizadores, un milagro cultural hecho realidad por los heroicos integrantes de la Asociación Cultural El Gallinero , con José Luis Anchelergues a la cabeza.

Con pocos años de vida, y bajo domésticos presupuestos, pero con una hercúlea capacidad de planificación y trabajo, este equipo de jóvenes intelectuales ha dotado a la ciudad de Zaragoza de un festival cinematográfico de ámbito internacional. El Ayuntamiento de la capital, a través de dos de sus concejales, Ricardo Mur y Jorge Azcón, y del propio alcalde Atarés, confió desde un principio en aquella idea aterrizada en la concejalía de Juventud, y la ha venido apoyando con creciente convencimiento y dedicación. Conseguir que decenas de trabajos compitan o se exhiban en la semana del festival, o que el Auditorio, amenizado por el ingenio de Luis Larrodera, B-Vocal, y Javier Coronas, entre otros humoristas y estrellas en ciernes, rebose de estrellas del cine español, podrían parecer objetivos utópicos si no fuesen ya tan reales como el prestigio del certamen.

La DGA, absurdamente, no participa en esta cita cultural, por lo que recibió ácidas críticas. *Escritor y periodista