Desde UGT Aragón hemos recibido con estupor e indignación las declaraciones efectuadas por el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, relacionando las dificultades que encuentran y, el esfuerzo que realizan, los ciudadanos españoles para conseguir y conservar sus puestos de trabajo con el cobro de prestaciones por desempleo de inmigrantes en España. Nos parecen graves porque vinculan crisis económica con inmigración, haciéndola responsable de los actuales males económicos de nuestro país y olvidando su fundamental aportación socioeconómica, demográfica y cultural de los últimos años. Lamentablemente estas manifestaciones se suman a las efectuadas anteriormente por algunos miembros del actual Gobierno de la nación en la misma dirección, aunque sin la carga xenófoba esgrimida por Rajoy.

En los últimos diez años hemos asistido a un aumento de mano de obra extranjera que ha venido a ocupar aquellos puestos de trabajo que generaba el pujante ciclo económico. En el conjunto del país y en particular en Aragón la agricultura, la ganadería, la construcción, el servicio doméstico, los sectores del metal y de servicios no hubieran experimentado el crecimiento registrado si no fuera por la aportación de estos nuevos trabajadores.

Actualmente asistimos a un cambio del ciclo económico y a una progresiva manifestación de sus consecuencias. Trabajadores, españoles y extranjeros, contemplan cómo no se les renuevan sus contratos o son despedidos, pasando a engrosar las listas del paro, y accediendo a las prestaciones por desempleo, derecho consolidado que tienen los trabajadores sin discriminación alguna por sexo, edad y nacionalidad, dependiendo, únicamente del cumplimiento de ciertos requisitos legales y su cotización. Las ventajas de la prestación son evidentes: permiten que los trabajadores se centren en una nueva búsqueda de empleo y la posibilidad de reciclarse a través de la formación para posteriormente insertarse laboralmente en otros sectores económicos. En el caso de los trabajadores inmigrantes, tienen la obligación, además, de renovar periódicamente sus autorizaciones de trabajo ante las diferentes oficinas de Extranjería y en ese proceso deben demostrar, entre otros requisitos, unos periodos de inserción laboral continuada y de búsqueda activa de empleo que ofrezca garantías de una permanencia en el mercado laboral.

LA INMIGRACIÓN ha venido a nuestra Comunidad Autónoma llamada por las necesidades de nuestra economía. Se ha asentado en el territorio, alquilado o comprado viviendas y traído a sus familias; pagan sus impuestos; ejercen sus derechos y expresan cada día la voluntad de permanencia en nuestra sociedad saliendo diariamente a cumplir con sus obligaciones laborales o en la búsqueda de empleo. También, nos parece oportuno recordar que nuestro aumento poblacional ha venido sustentado en la inmigración: somos uno de los países del mundo con menor tasa de natalidad. Pero es más: son ciudadanos insertados en nuestra sociedad y nuevos vecinos que comparten nuestros anhelos e inquietudes y que piden colaborar y aportar su opinión y esfuerzo para mejorar nuestra convivencia.

Aragón ha dejado de ser una sociedad monocultural y tenemos un presente y un futuro indisolublemente unido a estos nuevos ciudadanos, muchos nacidos en Aragón, y por tanto, aragoneses. Por ello nos sorprenden estas declaraciones de Mariano Rajoy, enfrascado en un esfuerzo de situar en el centro al Partido Popular, cuando estos postulados conectan con la extrema derecha europea y nos recuerdan las políticas de inmigración realizadas cuando gobernaba su partido, caracterizadas por una visión utilitarista respecto a la inmigración. Parece que Rajoy, y por desgracia, otros ciudadanos, quieren que la inmigración sea mano de obra de usar y tirar, que trabaje sin derechos y la que podamos empaquetarla en barcos y devolverla a su país cuando no los necesitemos.

EN LA ANTERIOR legislatura se sentaron las bases de unas políticas de inmigración sensatas, coherentes y consensuadas entre el Gobierno y los agentes sociales, donde el mantenimiento de las autorizaciones de trabajo se vincula a la permanencia de esos extranjeros en el mercado laboral y, la concesión de nuevas autorizaciones de trabajo está condicionada a la situación nacional del mercado de trabajo. Pedimos al Gobierno que continúe en este impulso, y al principal partido de la oposición y a su líder que proponga soluciones para aminorar los efectos de la crisis sin disfrazar su falta de alternativas a las propuestas del Gobierno y de los agentes sociales con discursos que socavan la convivencia y, estigmatizan a la población extranjera.

Secretario de Igualdad y Políticas Sociales de UGT Aragón